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35,000 personas refugiadas encuentran soluciones en México gracias a acceso a empleo formal

Inclusión Social
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Personas refugiadas de diversas nacionalidades han accedido al PIL

Con información de Elvia Ochoa Gaona

Ciudad de México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Ante un escenario complejo de movilidad humana en la región, en el que cada vez más personas son forzadas a huir por la violencia, México ha respondido con la implementación del Programa de Integración Local (PIL), impulsado por ACNUR, en coordinación con autoridades e iniciativa privada.

Fiel a su tradición como país de acogida, México contribuye a brindar soluciones duraderas a las personas forzadas a huir de sus países, ya que el PIL aprovecha la dinámica demográfica del país y particularidades de la economía nacional como el nearshoring y la necesidad de mano de obra, para incorporar personas refugiadas al mercado laboral.

Desde su creación en mayo de 2016 y hasta octubre de 2023, más de 35,000 personas refugiadas de diversas nacionalidades han accedido al PIL, lo que les ha permitido incorporarse a la economía formal, tener mayor acceso a servicios educativos y de salud e iniciar procesos de naturalización.

El Programa consiste en reubicar y acompañar personas refugiadas desde el sur del país, donde solicita asilo la mayoría de las personas en México, a ciudades del centro y del norte, que cuentan con mayor capacidad para responder a las necesidades de la población.

La legislación mexicana prevé que las personas que solicitan asilo deben permanecer en el estado donde iniciaron el trámite, hasta que éste haya concluido. Las reubicaciones a ciudades del centro y del norte contribuyen a despresurizar ciudades como Tapachula, Palenque y Tenosique, que concentran a la mayoría de las personas que llegan a México desde el sur.

Actualmente, el PIL opera en Monterrey, Saltillo, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guadalajara, Querétaro, Silao, León, Irapuato, Guanajuato y Torreón, ciudades donde la oferta laboral y de vivienda, así como los sistemas de educación y salud, facilitan la integración efectiva.

Con el acompañamiento de ACNUR, las personas que participan en el programa pueden acceder a alojamiento temporal, orientación cultural, formación profesional, matriculación escolar y colocación laboral. El acompañamiento integral de ACNUR en todo el proceso de integración ha derivado en que hoy sean más de 600 empresas las que participan en el PIL.

Estos resultados han llevado a ACNUR a buscar sinergias con sus agencias hermanas, la Organización Internacional para las Migraciones, la Organización Internacional del Trabajo y Pacto Mundial México, así como aliados estratégicos como la Unión Europea para amplificar el impacto y alcances del programa.

La experiencia positiva que han tenido las empresas con la contratación de personas refugiadas nos permite anunciar hoy el lanzamiento de la Alianza por la Inclusión, una iniciativa que busca fomentar la inclusión de personas refugiadas y solicitantes de asilo en los sistemas económicos y profesionales de México.

La Alianza pretende formar un espacio cohesionado de diálogo entre empresas y organizaciones, garantizando que la voz colectiva del sector privado defienda la causa de la inclusión. Su objetivo es dar visibilidad y reconocimiento a empresas que han establecido políticas de inclusión encomiables, sirviendo de ejemplo para animar a otras a adoptar buenas prácticas.

“El modelo de integración de personas refugiadas ha resultado exitoso, tanto que existe un gran potencial que en el futuro el modelo incorporará a otras poblaciones en movilidad”, aseguró Giovanni Lepri, Representante de ACNUR en México

“Desde 2017 somos parte de este extraordinario equipo de trabajo, por ello nos llena de orgullo ser parte de esta gran iniciativa y trabajar de la mano con ACNUR, las autoridades y demás organizaciones. Confiamos que esta alianza seguirá siendo un ejemplo para México y el mundo”, señaló Pablo Moreno, director de Asuntos Corporativos de MABE, empresa pionera en el programa.

Las personas refugiadas cuentan con experiencia y habilidades diversas. De acuerdo con el perfilamiento y seguimiento de los participantes del programa, 38% de las personas adultas cuenta con experiencia en servicios, 26% en construcción y 13% en agricultura, trayectoria que les ayuda a insertarse en la economía mexicana.

La incorporación de la población refugiada a la economía formal se traduce en una contribución anual de 187 millones de pesos mexicanos en impuestos y contribuciones estatales (USD 10 millones). En los próximos 12 meses, se estima que las más de 35.000 personas refugiadas reubicadas hasta ahora generarán aportaciones estatales que exceden el presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados para 2024.

Hasta octubre de 2023, 114.000 personas solicitaron asilo en México, una cantidad que supera a la totalidad de las solicitudes de 2022. De seguir esta tendencia, se romperá el récord de solicitudes, pues espera llegar a 150 mil.