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UDEM comparte la causa médica de la muerte de Jesús

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Monterrey, México. Agencia informativa UDEM. - La causa de muerte de Jesús fue un paro cardiorrespiratorio, de acuerdo a Jorge Valenzuela, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Monterrey, quien ha dedicado gran parte de su carrera al estudio médico de la tortura y fallecimiento del llamado Hijo de Dios y al esclarecimiento de detalles sobre el mismo.

 

El también psicólogo explicó que una consideración importante sobre este acontecimiento es que Jesús era un hombre joven, saludable y en óptima condición física gracias a su profesión de carpintero y a que tenía que viajar largas distancias a pie para predicar. Sin embargo, señaló que su angustia en el Monte de los Olivos, el abandono de sus seguidores y la sentencia expedida por Poncio Pilatos, ejerció un gran estrés emocional en él antes de su muerte.

“Cristo en el Monte de los Olivos presentó una condición médica que es bastante rara: sangre en el sudor. A eso se le llama hematidrosis y se presenta cuando una persona está expuesta a ansiedad extrema, ¿Qué es lo que pasa? Los vasos sanguíneos se rompen debido a la ansiedad y la sangre sale por la glándula sudorípara. Este tipo de ansiedad extrema también se vio en niños que vivían en Londres durante la Segunda Guerra Mundial y fueron bombardeados por los nazis”, explicó.  

También apuntó que la flagelación era una práctica estándar para personas que fueron sentenciadas a muerte en este contexto y que este acto no se realizaba con un simple látigo de cuero, como comúnmente se piensa.

“La flagelación se realizaba con un tipo de látigo que cuenta con varias extensiones que al final tenían incrustados huesos de borrego y bolas de plomo. Al flagelar, el hueso corta la piel y la bola de plomo golpea al tejido… Esto produce contusiones y laceraciones y los tejidos flagelados terminan como masas de músculos, de tendones abiertos, sangrando, que genera mucho dolor. Esta pérdida de sangre contribuye más adelante a un choque hipovolémico, que es el colapso del sistema circulatorio”, agregó.

Como ya es sabido, la tortura de Jesús fue complementada con la burla de una corona de espinas, la cual, el profesor Valenzuela y otros expertos, describen como construida con ramas del árbol ziziphus spina-christi, y que posiblemente estimuló los nervios trigémino y occipital mayor, que “produce un dolor de muelas” intenso y multiplicado.

“La crucifixión, los romanos -por decirlo de alguna manera- perfeccionaron esta técnica de tortura y de muerte. Está diseñada para producir el máximo dolor y que la persona muera lentamente, pero que su agonía sea prolongada”, apuntó Valenzuela.

Otras falsas creencias que el investigador busca esclarecer son que Cristo cargó solo la cruz, cuando en realidad esta tarea habría resultado casi imposible para un hombre, por lo que se cree que solamente cargó el patíbulo de la cruz, que pesaba alrededor de 40 kilos. Y la segunda es que, al colgarlo de la cruz, los romanos lo hicieron a través de sus manos, lo que no hubiera resultado, pues no hubieran resistido su peso en esa posición, por lo que lo más probable es que fue clavado por sus muñecas.

La tarea de sus ejecutores no se limitó a infringir dolor a Jesús, sino que también estaban a cargo de minimizar su agonía y para esto le ofrecieron mirra, que hubiera funcionado como una especie de anestesia, pero el Hijo de Dios no aceptó. Y también era una práctica común romperle las piernas a los condenados, pues al hacer esto aceleraría su expiación debido a que la posición de la persona dificulta la respiración, sumado a la pérdida de sangre; sin embargo, Jesús murió antes de que se le practicara.

“Es extraordinariamente difícil respirar en la posición que pusieron a Cristo, es mucho más difícil expirar que inspirar en esta posición, la persona tiene que apoyarse en los pies y tiene que tratar de subir su cuerpo hacia arriba apoyándose en las muñecas que tienen clavos, todo esto va inhibiendo la expiración y va haciendo que la persona retenga Co²”, describió el profesor de medicina, y agregó que hablar hubiera sido casi imposible, pero diferentes fuentes afirman que Jesús sí lo hizo.

“Si nosotros fuéramos a hacer un certificado de defunción, ¿qué escribiríamos? Muerte por paro cardiovascular y respiratorio, debido a choque traumático e hipovolémico, todo causado por crucifixión. Otros factores que probablemente estuvieron involucrados en la muerte fueron la deshidratación; arritmia del corazón producidas por estrés; derrame pericárdico, acumulación de agua entre el corazón y el pericardio; derrame pleural, inducida por los traumatismos, y coagulación intravascular diseminada, es decir, la sangre se coagula y por lo tanto no hay flujo”, concluyó.

El profesor Valenzuela expresó que es importante conocer y reflexionar sobre el sufrimiento de Jesús, algo que no es muy explorado en el cristianismo, pero hizo hincapié en que esta evaluación médica fue construida con evidencia histórica y análisis médico experto.