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Para escribir con libertad se debe estar lo suficientemente lejos del poder

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El Chacal narra la relación entre la prensa y diversos personajes preponderantes

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Diego Petersen Farah en su libro El Chacal (Planeta) presenta una historia de ficción que refleja las tentaciones de los periodistas en su relación con la política.

La novela gira en torno a un periodista que va relatando la relación entre la prensa y diversos personajes preponderantes de la vida política y social, como algunos presidentes, son tomados de la realidad y puestos a coexistir con la historia en un mundo de ficción.

"Tenía ganas de hacer un ejercicio narrativo que fuera una sola voz, en primera persona, narrar un momento del periodismo mexicano, que es el momento del star system, que es un momento particular, que tiene grandes virtudes en términos de la profesionalización de los medios, ese momento en que los medios tienen este capacidad de generar información desde las redacciones, redacciones muy grandes, pero también el momento en que los periodistas se vuelven estrellas con todas las consecuencias que eso tiene en términos, digamos del sistema de negocio, se convierte en una manera de vender, ya no sólo información, sino vender al personaje y también se vuelven una forma de autocorrupción dentro de los medios de comunicación", mencionó el escritor y periodista.

Respecto al manejo de los periodistas frente al poder, Petersen Farad dijo que "yo siempre insistía en la Redacción en que teníamos que estar lo suficientemente cerca del poder para enterarte todo y lo suficientemente lejos para escribir con libertad. Se dice fácil, pero luego esa toma de distancia a la hora de describir o de narrar, de transmitir por radio o televisión se vuelve muy complicada, pero como en todos los dilemas, digamos, este sale ahí. El periodista cree que estar cerca el poder le da poder, que es mucho lo que le pasa al Chacal que acaba perdiéndose y la única manera de sobrevivir ahí es volviéndose un cínico y este personaje en un momento dice que no hay manera de ser periodista o político si ser un cínico.

Y eso lo puse justamente en contradicción a esa gran frase de Kapuściński, periodista y escritor que dice, el periodismo no es un oficio para cínicos, lo cual no quiere decir que no hay un montón de cínicos en el Periodismo, y la cuestión ética que sí está permanentemente en el periodismo, siempre se plantea post mortem. Siempre es cuando ya pasó el problema, dicen aquí hubo un problema ético, pero es tan vertiginosa la relación, ¿entonces qué es lo que sí hay?, pues un comportamiento ético, una forma de relacionarse distinto, ya que la mayoría de los periodistas han decidido no ser como el Chacal, pero sí hay algunos como el Chacal, hay varios perros que están ahí y que inexorablemente terminarán siendo expulsados y derrotados".

El Chacal es una historia que comienza cuando el joven periodista, originario de Puebla, llega a la Ciudad de México en búsqueda de su gran oportunidad. Tras cubrir el fraude electoral de 1988 y ser testigo de lo que sucede tras bambalinas entre los medios de comunicación y el Gobierno, decide que debe dejar a un lado los escrúpulos, si quiere progresar en la escena del periodismo nacional, pero los lectores siempre van a estar cuestionando a qué periodista se podría referir el autor de la novela, ya que aunque el personaje habla sobre "su ascenso y su caída, es una historia narrada a partir de arquetipos, el Chacal nunca dice su nombre, sabemos que le dicen el Chacal por la portada del libro, pero no sabemos tampoco a quién le está contando su historia, se la está contando a un psicoanalista en el diván, se la está contando a otros 8 por ahí sentado en la banqueta o a ti como lector".

Sobre lo que actualmente sucede con la cobertura que realizan diversos periodistas de las conferencias del presidente Andrés Manuel López Obrador, Petersen Farah dijo que “los periodistas, finalmente dicen los anglosajones, somos los perros guardianes de la democracia. El chacal era corrupto y carroñero, pero era un gran periodista, sí, hoy en la mañanera lo que vemos son perros falderos, ¿no?, y no sé qué es mejor ni que es peor, simplemente son dos formas caninas muy distintas la del periodista que digamos que es despiadado, instintivo, carroñero, corrupto, como el personaje de el Chacal o el periodista este que va a felicitar al Presidente por su cumpleaños o que lo alaba. Lo del Chacal yo creo que esa es una forma de periodismo corrupto, y creo que aquello (en la mañanera) ni siquiera es periodismo”.