The Climate Reality Project propone cinco medidas para movilizar recursos a favor de la vida y de los ecosistemas
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- El cambio climático es la amenaza número uno para las economías mundiales, porque desestabiliza los mercados financieros, incrementa las pérdidas económicas, amenaza la seguridad hídrica y alimentaria, propaga enfermedades, degrada los ecosistemas, entre otros. A medida que aumenta el calentamiento global, los costos en pérdidas y daños serán cada vez mayores; la crisis climática es una amenaza que aumenta exponencialmente por falta de financiamiento y acción climática.
Tan sólo en Argentina, las pérdidas económicas debido a la sequía han sido enormes y el país debe pagar una deuda de 44,000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI).
En América Latina, los efectos del cambio climático como los incendios, sequías, inundaciones y huracanes ocasionan pérdidas irreversibles en vidas, en las economías y socava los ecosistemas. Por ejemplo, si continuamos con este mismo modelo económico, extractivista, consumista y dependiente a los combustibles fósiles, para el año 2100 podríamos ver una reducción del 8% en la producción económica en la región, a comparación con un escenario donde no hay cambio climático. Incluso si en 2050, logramos no emitir más carbono del que absorbemos, aún así la economía de la región disminuirá 2% de lo que normalmente lo haría.
En el marco del Día Internacional contra el cambio climático, celebrado cada 24 de octubre, The Climate Reality Project América Latina exhorta a los bancos, instituciones financieras y países a aumentar sus recursos financieros a favor del cuidado, restauración y protección de los ecosistemas.
En América Latina y el Caribe, el cambio climático se debe a patrones insostenibles de producción y consumo, principalmente basados en energías fósiles altamente contaminantes. A pesar del crecimiento económico en la región, ha habido efectos negativos, como el deterioro de los recursos naturales y mayor contaminación. Los efectos del cambio climático varían entre países, Guatemala enfrenta el mayor impacto proyectado, para 2099 tendrá una reducción del PIB superior al 12%, mientras que Chile y Argentina enfrentarán impactos económicos en torno al 5% del PIB.
Ante esta situación, The Climate Reality Project propone las siguientes medidas, con la finalidad de que los bancos mundiales, entidades financieras y gobiernos, movilicen recursos a favor de la vida y de los ecosistemas:
Impulsar una política inflexible que prohíba cualquier tipo de financiamiento directo o indirecto, a los diversos tipos de desarrollo, infraestructura o promoción de combustibles fósiles
El desarrollo o infraestructura de combustibles fósiles fijará emisiones contaminantes que calentarán el planeta en más de 1.5°C y acelerarán la devastación climática, de acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático. Hoy en día, las energías limpias o renovables son la forma más barata de generar electricidad en todo el mundo. Es por esto que, habilitar nuevas infraestructuras fósiles no sólo es uso ineficiente de los recursos, también puede arrastrar a países del Sur Global a costosos activos que quedarán varados por la transición a la energía neta cero.
Aumentar entre 35% a 50% el financiamiento del Banco Mundial destinado al clima
Las tormentas, sequías y olas de calor provocadas por el cambio climático están revirtiendo décadas de progreso en la reducción de la pobreza. En este contexto, el Banco Mundial no puede avanzar en sus objetivos de acabar con la pobreza extrema y promover la prosperidad de forma sostenible, sin apoyar los proyectos climáticos. Otros bancos multilaterales de desarrollo por ejemplo, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, EBRD por sus siglas en inglés, ha alcanzado esta meta y es importante que el Banco Mundial continúe con estos esfuerzos.
Fijar el objetivo de triplicar el financiamiento hasta alcanzar los 100,000 millones de dólares en cinco años
Esta meta es coherente con las recomendaciones del Grupo Independiente de Expertos de Alto Nivel sobre financiamiento climático, que exhortó a los Bancos Multilaterales de Desarrollo a triplicar la financiación en los próximos cinco años; como parte de los esfuerzos globales para movilizar un billón de dólares anual, para la lucha contra el cambio climático a partir de ahora hasta 2030.
Para los países vulnerables al clima, ampliar las medidas de reducción de deudas
Como señala la iniciativa de Bridgetown, los pagos de las deudas impiden a los países vulnerables al clima (quienes no contribuyeron a la crisis climática), recuperarse y reconstruirse cuando se originan otros desastres climáticos y arrastra a las personas a un ciclo de pobreza.
Ayudar a los países en desarrollo a aumentar la financiación para la adaptación y brindarles orientación sobre la combinación de financiamiento adecuada para mitigación y adaptación
Por ejemplo, el Fondo Verde para el Clima (FVC) tiene como objetivo la igualdad de asignaciones entre mitigación y adaptación, a través de donaciones, préstamos o fondos de capital. Recientemente, el Fondo Verde obtuvo aproximadamente 9,300 millones de dólares en promesas de contribuciones en sus fondos destinados a ayudar a los países vulnerables para hacer frente al cambio climático.
América Latina debe avanzar hacia un desarrollo sostenible con justicia climática y bajas emisiones de carbono. El cambio climático representa un desafío para el desarrollo sostenible, que necesita un acuerdo global que reconozca las diferencias y desigualdades en la capacidad de afrontar el problema entre diferentes países. Asimismo, la reducción de las pérdidas potenciales por el aumento de temperatura requiere tanto acción colectiva global, como políticas regionales para aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad del sistema productivo a condiciones climáticas cambiantes. Esto implica llevar a cabo políticas públicas concertadas y asegurar que haya suficiente financiamiento disponible para llevar a cabo estas acciones de manera efectiva.
Las letales olas de calor en todo el mundo y la creciente escasez de agua en el sur Global son sólo el inicio de los terribles efectos del cambio climático y de lo que nos espera si fracasamos. Dado el papel tan crucial en el desarrollo mundial y el financiamiento de la lucha contra el cambio climático, el Grupo del Banco Mundial se encuentra ante una oportunidad única para llenar el vacío de liderazgo y catalizar un desarrollo sostenible, resiliente e integrador.
El financiamiento es clave para la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático, debido a que destina los recursos en impulsar tecnologías e infraestructuras sostenibles como los sistemas de alerta temprana, sistemas de captación de agua, mejorar la eficiencia energética, movilidad sostenible, agricultura regenerativa, ciudades verdes, economía circular, así como la prevención y gestión de catástrofes naturales, entre otros. Una alerta de 24 horas antes de un desastre inminente, puede reducir los daños en un 30%. Es decir, invertir 800 millones de dólares en esos sistemas y en los países en desarrollo evitaría pérdidas entre 3,000 y 16,000 millones de dólares anuales, estima la Comisión Mundial de Adaptación.