Jóvenes de la carrera de Ingeniero en Ingeniería Biomédica diseñaron una prótesis transfemoral para que Antonio volviera a caminar.
Monterrey, México UDEM. - Complicaciones de la diabetes que sufre Antonio le costó su pierna izquierda hace un par de años, pero ahora puede volver a caminar gracias a una prótesis.
La nueva pierna de Antonio, quien toda su vida ha sido panadero, le fue donada por la Sociedad de Alumnos de la Carrera de Ingeniería Biomédica (SAIBI) de la Universidad de Monterrey, quienes colaboraron con la empresa Proviem para crearla a partir de fibra de carbono, un material durable y ligero.
"A mí me encanta ayudar a las personas, ver sus caras felices. Y no solamente a mí, sino también a toda la sociedad de alumnos. Cuando vi que la gestión pasada también había donado una prótesis, dije ‘wow, yo también quiero que hagamos algo así’", comentó Susy González Cantú, presidenta de la SAIBI, quienes reunieron fondos durante meses para poder costear el equipo como parte del proyecto representativo de su gestión.
Explicó que el proceso de realización de la prótesis de Antonio es particularmente retador, pues es una transfemoral, lo que significa que tiene que ajustarse al muslo. Es por esto que debe moldearse perfectamente al cuerpo del paciente, de lo contrario haría su uso muy incómodo e inefectivo.
“Primero le pusimos una prótesis de prueba y con andador. Empezó a agarrar mucha fuerza y mucha confianza… y ahora que ya está con la definitiva esperamos que solo use el bastón, por seguridad (mientras se acostumbra)”, compartió Susy.
Previo a este gran cambio, Antonio se trasladaba en silla de ruedas para distancias largas y con andador cuando necesitaba caminar o estar parado para hacer el pan. Pero ahora, ha recobrado su independencia y movilidad gracias a su prótesis, la cual se ajusta perfectamente al resto de su pierna izquierda, pues cuenta con un mecanismo que sella al vacío.
“En cuanto le pusimos la prótesis, Antonio nos dijo: ‘Ya estoy listo, puedo volver a bailar… Según nos dijo es el mejor regalo que le han dado”, recordó la joven y contó que después de que el hombre de oficio panadero perdió su extremidad, se deprimió ya que practicaba fútbol y disfrutaba mucho de bailar con su esposa, actividad que ahora puede retomar.
“A raíz de esta experiencia nos quedamos muy satisfechos y agradecidos por lo que tenemos, nos quedamos con la idea de que no tenemos todo garantizado, un día puedes tenerlo todo y al siguiente algo te puede faltar. Por eso hacemos esto, si yo me encontrara en esa situación, me gustaría que alguien me ayude”, reflexionó Susy, quien espera que la siguiente administración de la SAIBI pueda superar su proyecto, para que su ayuda alcance a más personas.