En México, 53% de las 46.8 millones de personas que viven en situación de pobreza son mujeres
Por Reyes Gamez
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Invertir en las mujeres y niñas es acelerar el progreso hacia la igualdad de género, sin embargo Naciones Unidas señaló que la igualdad de género sigue siendo uno de los mayores retos en materia de derechos humanos y está lejos de lograrse debido, en buena parte, a la alarmante falta de financiamiento en las medidas destinadas a este fin.
Por ello, en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, y bajo el lema de este año: Financiar los derechos de las mujeres para acelerar la igualdad, el Sistema de Naciones Unidas en México pone en el centro los derechos de las mujeres y las niñas en toda su diversidad y en todos los ámbitos de la vida, e insta a todos los sectores y personas a tomar acciones concretas para avanzar hacia la igualdad de género. Además, recuerda que los sistemas de financiación del futuro deben incluir la perspectiva de género.
Esta falta de financiamiento representa un déficit anual global de 360 mil millones de dólares en las iniciativas destinadas a alcanzar la igualdad de género. Además, se prevé que 75% de los países implementen recortes al gasto público en 2025[4], atribuidos a conflictos y aumentos en los precios de combustibles y alimentos. Reducir la inversión en servicios esenciales, políticas de cuidado y protección social afectaría sustancialmente a las mujeres.
Lo anterior representa un obstáculo para avanzar en la situación económica y social de las mujeres, así como en la garantía plena de sus derechos. A nivel global, 1 de cada 10 mujeres vive en pobreza extrema, mientras que en América Latina 3 de cada 10 viven en situación de pobreza. En México, 53% de las 46.8 millones de personas que viven en situación de pobreza son mujeres De igual manera, una de cada dos niñas del país vive en pobreza, condición que las acompañará toda su vida en caso de no tener acceso a todos sus derechos, incluyendo salud, educación, nutrición y protección social.
En cuanto a derechos económicos, a nivel global solo 61.4% de las mujeres en edad de trabajar (entre 25 y 54 años) se encuentran en la fuerza laboral, en contraste con 90.6% de los hombres del mismo grupo de edad.
A este ritmo, la próxima generación de mujeres dedicará en promedio 2.3 horas más por día al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres. En México, esto se traduce en una brecha de más de 12 horas a la semana que las mujeres dedican a este tipo de trabajos en comparación con los hombres.
En este punto medio tan crítico para alcanzar la Agenda 2030, el financiamiento de políticas y programas orientados a cerrar las brechas de género representa una oportunidad para acelerar el progreso hacia sociedades igualitarias, inclusivas y que beneficien a todas las personas. Estudios muestran que cerrar las brechas de empleo de género podría aumentar el PIB per cápita en un 20% en todas las regiones del mundo. En México, un ejemplo concreto es el impulso a Sistemas Integrales de Cuidados, los cuales además de liberar tiempo para las mujeres al reducir las cargas de trabajo, estimulan la creación de empleo y generan retornos en la inversión.
Bajo esta premisa, también es crucial reconocer los avances alcanzados en las últimas décadas. A nivel global, las finanzas con enfoque de género han aumentado y son una estrategia viable para inversionistas debido a su impacto positivo y sus oportunidades comerciales. A nivel nacional, acciones como las reformas a la Ley del Seguro Social que hacen obligatoria la incorporación de las personas trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social, representan un paso importante hacia la garantía de los derechos de las mujeres.
Por estas razones, el Sistema de Naciones Unidas hace un llamadoa gobiernos, sector privado, academia, organismos internacionales y de cooperación, medios de comunicación y sociedad civil, a:
Ser activistas de la igualdad de género, mediante una postura pública que defienda los derechos humanos de las mujeres y niñas en toda su diversidad.
Aumentar el financiamiento de programas y acciones dirigidas a erradicar la pobreza de las mujeres y promover su mayor participación y toma de decisiones en la esfera económica, rural, cultural y social, especialmente en Sistemas Integrales de Cuidados en todos los niveles, así como en una agenda climática sólida.
Impulsar cambios socioculturales que desafíen los roles y estereotipos de género que perpetúan y amplían las brechas de género, y promuevan el papel decisivo que juegan las mujeres en las soluciones al cambio climático.
Dar visibilidad y amplificar las voces de los movimientos de mujeres, activistas y defensoras de derechos humanos que trabajan por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como en la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
Implementar estrategias y acciones que fomenten la corresponsabilidad en los cuidados dentro de las familias, los centros de conocimiento, los centros de trabajo y las comunidades. Se llama a promover políticas públicas para transitar hacia una justa organización social de los cuidados, en el marco de un nuevo estilo de desarrollo que impulse la igualdad de género en las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible.
Reforzar la existencia de rutas migratorias seguras para las mujeres, en las que se erradique la violencia de género, la trata y la explotación en sus distintas formas.