Se debe rendir homenaje a los más de 40 millones de vidas que se han perdido por el sida
Por Reyes Gamez
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- "Desigualdades peligrosas", el informe del Día Mundial del Sida 2022 de ONUSIDA, revela que las desigualdades están obstaculizando poder acabar con el sida. Si se mantienen las tendencias actuales, el mundo no alcanzará los objetivos mundiales acordados sobre el sida. Están en juego millones de vidas.
El nuevo informe de ONUSIDA muestra que solo unas medidas urgentes para hacer frente a esta falta de igualdad pueden encaminar la respuesta mundial al sida. Además, muestra cómo los líderes mundiales pueden afrontar esas desigualdades, y les piden valentía para pasar a la acción.
"El mundo se comprometió a erradicar el sida para 2030. Estamos lejos de cumplir esa meta. Para acabar con el sida, debemos poner fin a las desigualdades que nos impiden progresar. Corremos el riesgo de que más millones de personas contraigan la enfermedad y mueran. Este Día Mundial del Sida, clamamos al unísono: ¡Igualdad ya!", señaló António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El lema "Igualdad ya" es una llamada a la acción, cuyo objetivo último es promover que todos nos pongamos a trabajar en todas aquellas medidas prácticas que se ha demostrado que son necesarias para tratar las disparidades y ayudarán a acabar con el sida.
Los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años del COVID-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha sufrido un retroceso; los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo.
"El eslogan "¡Igualdad ya!" es un llamamiento a la acción. A que se tomen medidas prácticas que hayan resultado valiosas para acabar con el sida. Hay que ampliar el acceso a servicios más apropiados y de mejor calidad para tratar, detectar y prevenir el VIH. Por tanto, hacen falta más recursos financieros. Mejores leyes, políticas y prácticas para eliminar el estigma y la exclusión que sufren las personas que viven con el VIH, sobre todo las poblaciones marginadas. Todas las personas merecen respeto y sentirse incluidas", mencionó Guterres.
Quedan tan solo ocho años para alcanzar el objetivo de 2030 de poner fin al sida como amenaza para la salud mundial. Las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales deben atajarse con urgencia. En una pandemia, la falta de equidad no hace sino exacerbar el peligro para todos. Para terminar con el sida, es necesario plantar cara a las desigualdades que lo agudizan. Los líderes mundiales deben actuar con un liderazgo audaz y responsable. Asimismo, todos nosotros, desde todos los rincones del mundo, debemos hacer todo lo posible para ayudar también a encarar las desigualdades.
"También hay que promover el intercambio de tecnología para que todas las personas tengan acceso a los mejores conocimientos científicos sobre el VIH, especialmente entre los países del Sur y del Norte. Es posible y es nuestro deber eliminar las desigualdades que perpetúan la pandemia de sida. Podemos acabar con el sida.
Pero antes debemos hacer realidad el eslogan ¡Igualdad ya!", subrayó el Secretario General de la ONU.
En tanto que la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, dijo que hoy debemos rendir homenaje a los más de 40 millones de vidas que se han perdido por el sida. También es el momento de hacer balance de la respuesta al sida y de comprometernos, de verdad, a poner fin al virus.
"Esta misma semana hemos lanzado un nuevo y poderoso informe, Desigualdades peligrosas. A lo largo de sus páginas, buscamos llamar la atención del mundo hacia una realidad dolorosa: a día de hoy no vamos por buen camino para poner fin al sida para 2030, y la razón es la desigualdad. En el Día Mundial del Sida, ONUSIDA se une a las personas que viven con el VIH y a las comunidades de todo el mundo en un llamamiento compartido a la acción: Trabajemos por la igualdad.
Igualemos el acceso a los derechos, el acceso a los servicios, el acceso a los recursos y el acceso a la mejor ciencia y a la mejor medicina. Solo así lograremos acabar con el sida", mencionó Byanyima.
La Directora Ejecutiva de ONUSIDA agregó que "también hay buenas noticias: si instauramos la igualdad, lograremos acabar con el sida. Debemos lograr la igualdad de las mujeres y las niñas para reducir sus riesgos respecto del VIH.
En el África subsahariana, las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes tienen tres veces más probabilidades de infectarse con el VIH que los niños y los hombres de la misma edad. Y solo hay un porqué: la desigualdad.
El hecho de permitir que las niñas permanezcan en la escuela hasta que completen la educación secundaria reduce su vulnerabilidad a la infección por el VIH hasta en un 50 %. Y cuando incluimos una educación integral sobre sexualidad y otras medidas para la capacitación de las niñas, es evidente que su riesgo se reduce aún más. Precisamente por eso, 12 países africanos han aunado esfuerzos en la iniciativa Education Plus, que cuenta con el apoyo de las Naciones Unidas.
Aparte de esto, debemos combinar los servicios para la salud sexual y reproductiva y los servicios para prevenir y responder tanto a la violencia sexual y de género como al VIH. Deben estar diseñados de tal manera que funcionen para todas las mujeres y niñas, en toda su diversidad".
También hizo un llamado para lograr la igualdad de las personas marginadas, ya que "la discriminación contra las personas marginadas está perjudicando gravemente la respuesta al VIH. En todo el mundo, los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres tienen 28 veces más probabilidades de vivir con el VIH que la población general. Asimismo, las personas que se inyectan drogas corren 35 veces más riesgos; los trabajadores sexuales, 30 veces más, y las mujeres transgénero, 14 veces más.
No lograremos poner fin al sida hasta que seamos capaces de erradicarlo en todo el globo. La evidencia habla por sí sola: solo al descriminalizar, la gente se acercará a los servicios. La descriminalización salva vidas".
La Directora Ejecutiva de ONUSIDA dijo que para poder entender esto es necesario observar que en Sudáfrica, donde las relaciones sexuales entre personas del mismo género son legales, los gais tienen un 60 % más de probabilidades de vivir con el VIH, pero en Uganda, donde los gais sí son criminalizados, tienen un 240 % más de probabilidades.
Mientra que en Asia,Tailandia, país en el que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo también son legales, los gais tienen 11 veces más probabilidades de vivir con el VIH que otros hombres. Por su parte, en Malasia, donde los gais son criminalizados, estos tienen 72 veces más probabilidades.
"Y aquí vienen las buenas noticias: existe un impulso creciente desde Asia hasta África, pasando por el Caribe, que urge a descriminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. En los últimos años, se ha logrado ya en Angola, Bután y Botsuana. Y solo en los últimos meses, en St. Kitts y Nevis, Singapur, Antigua y Barbuda. En 68 países, estas leyes siguen existiendo. Dejemos atrás en la historia todas estas leyes dañinas y coloniales.
Al margen, no solo debemos esforzarnos por discriminalizar, sino que también hemos de luchar contra el estigma.
El estigma refleja de qué manera la sociedad sentencia a las personas por ser quienes son. Y mata. Debemos acabar con el estigma hacia las personas que viven con el VIH y las comunidades marginadas. Y para ello necesitamos la colaboración de todos y cada uno de los líderes: líderes políticos, líderes confesionales, líderes tradicionales y líderes culturales. Unámonos todos. Démonos más. Trabajemos por la igualdad", señaló Byanyima.
También subrayó que si hay una desigualdad que me rompe el corazón especialmente, es aquella que afecta directamente a los niños que viven con el VIH. Teniendo en cuenta los avances científicos con que contamos hoy en día, ningún bebé debería nacer con el VIH y ningún niño seropositivo debería estar sin tratamiento. Lamentablemente, en la actualidad, aunque tres cuartas partes de los adultos que viven con el VIH están en tratamiento, solo la mitad de los niños lo están. Y esto es intolerable.
"No permitiremos que esta realidad vergonzosa y esta injusticia evitable continúen. Por este motivo, las Naciones Unidas, los socios internacionales, la sociedad civil y los Gobiernos de los 12 países con la mayor carga se han unido para dar forma a la Alianza Mundial para poner fin al sida infantil. Estamos moviéndonos y avanzando. Tanzania organizará el lanzamiento oficial a principios del próximo año", mencionó la Directora Ejecutiva de ONUSIDA.
Añadió que para poner fin al sida, debemos abordar las desigualdades existentes en el acceso a los recursos. La crisis de la COVID-19 y la guerra en Ucrania han aumentado la desigualdad en todo el mundo. Día tras día, los países del G20 reciben 136 millones de dólares en reembolsos de deuda procedentes de los países pobres del sur. Mientras tanto, en estos países, los reembolsos de deuda suponen 4 veces más que su gasto en salud, y el doble de lo que gastan en educación.
"En medio de una crisis de deuda, de la austeridad y la desigualdad que afecta a los países en desarrollo, algunos países ricos han reducido la ayuda que destinaban a la salud mundial e incluso están sopesando recortes aún más profundos. Y eso no está bien. Este no es el momento de dar un paso atrás, es el momento de ayudar, y de hacerlo cada vez más.
Recuerden que, gracias a la solidaridad internacional, hemos logrado reducir las desigualdades en la financiación. Y no solo eso, también hemos conseguido avances increíbles contra el sida, entre los que destacan el adherir a más de 28 millones de personas al tratamiento que salva vidas. Y somos nosotros los que debemos llevar a cabo ese trabajo", señaló Byanyima.
En tanto que la OMS hace un llamamiento a los líderes mundiales y a los ciudadanos para que reconozcan y combatan con valentía las desigualdades que obstaculizan los avances dirigidos a poner fin al sida, y para que garanticen un acceso igualitario a los servicios esenciales relacionados con el VIH, en particular para los niños y los grupos de población clave y sus parejas sexuales: los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero, los consumidores de drogas, los trabajadores sexuales y los reclusos.
Achim Steiner, Administrador del PNUD, recordó que desde que se conmemoró el primer Día Mundial del Sida en 2004, las muertes relacionadas con el sida se han reducido en un 42 %, mientras que unos 15 millones de personas tienen actualmente acceso a un tratamiento que puede salvarles la vida. Sin embargo, tras la pandemia de COVID-19, los avances en materia de prevención y tratamiento se están estancando. Esto incluye a muchos países en desarrollo que se ven asfixiados por el aumento de la deuda, lo que ahoga su capacidad de respuesta al sida. Si bien se han producido descensos notables en África, las infecciones por el VIH están aumentando en otras regiones, como Asia y el Pacífico, el continente más poblado del mundo. En la actualidad, muere una persona por minuto a causa del sida.
"La pandemia de COVID-19, la crisis del costo de la vida, el empeoramiento de los efectos de la emergencia climática y el aumento del número de conflictos violentos amenazan los avances logrados con tanto esfuerzo para acabar con el SIDA. Dado que la asistencia para el desarrollo destinada al VIH por parte de donantes bilaterales distintos de los Estados Unidos se ha desplomado en un 57 % en el último decenio, se necesitan con urgencia nuevos recursos financieros y medidas de alivio de la deuda, ya que las vidas y los medios de subsistencia penden de un hilo. La reposición del Fondo Mundial en 2022 ofrece esperanza, pero la respuesta mundial al VIH no puede flaquear.
Los países deben mantener su compromiso inquebrantable de llevar adelante una acción transformadora e igualadora como parte de la Declaración Política sobre el VIH y el Sida de 2021 y la Estrategia Mundial Contra el Sida 2021-2026. Esto supone renovados esfuerzos por parte de todos los países para acabar finalmente con la criminalización, la discriminación y el estigma que están obstaculizando nuestros esfuerzos colectivos para poner fin al sida antes de 2030 como parte de los Objetivos Mundiales. Todos nosotros debemos hacer frente a las desigualdades dónde y cuándo las veamos, haciendo realidad la dignidad y la justicia, especialmente para quienes han quedado más rezagados. Muchas vidas dependen de ello", señaló el Administrador del PNUD.
Steiner agregó que los datos muestran que las leyes y políticas de protección con base empírica, la equidad y los derechos humanos contribuyen a mejorar los resultados sanitarios de las personas que viven con el VIH. Por ejemplo, el parlamento de Zimbabwe ha despenalizado la transmisión del VIH, basándose en las iniciativas apoyadas por el PNUD, las poblaciones clave y la sociedad civil. En Angola y Bhután el PNUD ha trabajado con el Gobierno y la sociedad civil para despenalizar las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo. En Ucrania, el PNUD está apoyando al Ministerio de Salud para que las comunidades que viven con el VIH puedan acceder a la atención primaria de la salud también en tiempos de guerra.
"En todo el mundo, las Naciones Unidas y nuestros asociados están trabajando para abordar las causas fundamentales de estas preocupantes tendencias y poner fin al sida de aquí a 2030. Esto incluye dotar de recursos a las respuestas dirigidas por la comunidad y apoyar a los países para que eliminen las leyes discriminatorias y punitivas que limitan el acceso a los servicios relativos al VIH y aumentan el riesgo y la vulnerabilidad.
En el Paraguay y Panamá, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha apoyado a organizaciones lideradas por personas transgénero para que promuevan nuevas leyes de identidad de género y realicen actividades de divulgación. Además, en el Pakistán, el PNUD, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, el Gobierno, las organizaciones comunitarias, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han puesto en marcha la iniciativa sobre la profilaxis previa a la exposición, por la que se administra un medicamento para prevenir la infección por el VIH a personas no infectadas, y que se considera un cambio transcendental en la prevención del VIH.
Acelerar los avances requiere nuevas formas de cooperación, como la nueva alianza entre el PNUD y el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) para contrarrestar las leyes discriminatorias que impiden el acceso de poblaciones clave a los servicios relacionados con el VIH", señaló el Administrador del PNUD.