San Pedro Garza García, Nuevo León.- El miedo de mujeres para exigir ser reconocidas como trabajadoras formales en una casa se debe a que no conocen sus derechos, afirmó Marcelina Bautista, quien inició un movimiento de empleadas y ahora es secretaria general colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar.
En su visita a la Universidad de Monterrey, la activista reconoció que algunas mujeres corren el riesgo de ser despedidas por reclamar sus derechos laborales, pero afirmó que es un riesgo que debe correrse y que, finalmente, el proceso no siempre tiene consecuencias negativas para ellas.
“Las que se avientan corren el riesgo de ser despedidas, eso es parte de la violación a la libertad de las trabajadoras de tener el derecho a organizarse, (pero es necesario) lograr que todas las trabajadoras tengan un trabajo digno”, afirmó.
“Esa idea de que si se organizan, las van a despedir; si firman contrato, las van a despedir; no necesariamente: son como mitos”, aclaró.
La también fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) impartió una conferencia dentro del Diplomado en Derechos Humanos y Grupos en Situación de Vulnerabilidad, la tarde del miércoles, en el Auditorio 1 del campus.
El ciclo es organizado por la Universidad de Monterrey, Acción Cívica Interuniversitaria (ACI), la Red Universitaria de Promoción de Derechos Humanos Capítulo-UDEM y la Comisión Estatal de Derechos Humanos Nuevo León (CEDHNL).
En la actualidad, las afiliadas cuentan con beneficios como vacaciones, día de descanso obligatorio, días feriados y aguinaldo, pero en su inicio el movimiento fue muy incierto.
“Al organizarse nuestro sindicato, nuestras compañeras fueron las primeras despedidas; necesitábamos constancias que justificaran que teníamos una relación laboral; en lugar de darnos esas constancias, nuestros empleadores nos despidieron”, relató.
El sindicato se creó el 30 de agosto de 2015 con más de cien agremiadas en los estados de Chiapas, Oaxaca, Colima, Puebla, Estado de México y la Ciudad de México.
Desde 2011, un grupo de mujeres insistió por que en México se ratificara el convenio 189 sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Estuvimos muy involucradas con la OIT cuando se creó (el convenio) y regresamos a México muy ilusionadas de que era la norma que deberíamos tener, ya que las otras leyes nacionales han sido siempre ambiguas para representar los derechos de las trabajadoras del hogar”, manifestó.
“Después de 15 años de hacer un trabajo de sensibilización, de organización, de empoderamiento a las mismas trabajadoras del hogar, al final, se creó este sindicato”, narró.
La asociación busca difundir a nivel nacional los derechos de las trabajadoras del hogar para que cada una pueda firmar un contrato con su empleadora, porque “esta relación en México no es tan respetuosa”.
“La gran mayoría (de las trabajadoras) viene del campo y ellas acceden a este trabajo de manera muy precaria, con mucha marginación, discriminación; tenemos que hacer conciencia para que también no sea la manera en que se relacionen con ellas”, apuntó.
“Muchas veces (la trabajadora) es vista desde lo privado, como que de la familia, y queremos que eso también se vaya modificando, porque para la trabajadora hay exigencias, pero no hay del otro lado cumplimiento de los derechos”, expuso.
El sindicado –que actualmente cuenta con cerca de mil 600 agremiadas– tiene un comité ejecutivo de 18 personas, tres de las cuales son secretarias colegiadas y nueve secretarias en distintas áreas, además de que hay una comisión de honor y justicia y otra de vigilancia.
“Es un sindicato con muchos sueños y con mucho intento de ser diferente para poder lograr esta armonía con una relación establecida bajo la norma”, precisó.
Actualmente, Marcelina Bautista es coordinadora regional para América Latina de la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH) y fue secretaría general de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO) 2006-2012.