El rápido aumento de los precios de los alimentos y de la energía plantea importantes problemas
Naciones Unidas.- El comercio mundial de alimentos se ha acelerado y está a punto de alcanzar un récord histórico tanto en cantidad como en precios, según un nuevo informe publicado este jueves por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Aunque el mercado global alimentario muestra signos de "una notable resistencia a las perturbaciones a lo largo de la pandemia del COVID-19", el rápido aumento de los precios de los alimentos y de la energía plantea importantes problemas a los países más pobres y a los consumidores, que gastan gran parte de sus ingresos en estas necesidades básicas.
Así lo indica el último informe semestral del organismo especializado de las Naciones Unidas que prevé un máximo histórico en la cifra global de importación de alimentos durante este año que alcanzaría los 1,75 billones de dólares, un incremento del 14% respecto al 2020 y un 12% superior a la anterior previsión del mes de junio.
El aumento se debe a la subida de los precios de los alimentos comercializados internacionalmente y que los costes de transporte se multiplicaron por tres.
Un aumento difícil de asumir por las regiones en desarrollo que concentran el 40% del total de las importaciones de alimentos y donde se espera que su gasto total en ese apartado crezca un 20% en comparación con 2020.
Estas zonas se enfrentan a fuertes aumentos de los precios de los alimentos básicos como los cereales, las grasas animales, los aceites vegetales y las semillas oleaginosas, mientras que alimentos como las frutas y las hortalizas, los productos relacionados con la pesca y las bebidas representan la mayor parte de los incrementos en las regiones desarrolladas.
Conclusiones del informe
A nivel mundial, las perspectivas de producción de los principales cereales siguen siendo sólidas, con una previsión de cosechas récord de arroz y de maíz durante este año, aunque se estima un mayor crecimiento en el uso de cereales para el consumo humano y animal.
Las proyecciones preliminares para la temporada 2021/22 apuntan a algunas mejoras en la situación general de la oferta de semillas oleaginosas y sus productos derivados, pero sus respectivas existencias de final de temporada podrían permanecer por debajo de la media.
Tras tres años de caídas, en el periodo 2021/22 se prevé una recuperación en la producción mundial de azúcar, pero que continuará siendo inferior al consumo mundial. El comercio mundial de azúcar disminuiría ligeramente debido a la menor disponibilidad en los principales países exportadores y al aumento de los precios.
Este año se prevé un aumento en la producción mundial de carne, sobre todo gracias a un rápido repunte de la producción en China, especialmente de la carne de cerdo. Se esperan notables aumentos de la producción impulsados por la demanda en todas las principales regiones productoras, excepto en Oceanía.
Sin embargo, es probable que se produzca una ralentización del crecimiento del comercio mundial de carne debido a la disminución de las importaciones por parte de las principales regiones, sobre todo en Asia y Europa.
Se prevé que la producción mundial de leche crecerá en 2021, con aumentos previstos en todas las principales regiones productoras, encabezadas por Asia y América del Norte. También se prevé una expansión del comercio mundial de productos lácteos. Pese a estas expectativas, la tasa de crecimiento de las importaciones se ha ralentizado durante los últimos meses debido al aumento de la producción nacional y a la escasa demanda de los consumidores.
La previsión en 2021 para el sector pesquero y la acuicultura apunta un crecimiento del 2% con respecto al nivel de 2020, lo que indica que es probable que la nueva dinámica del mercado resultante de la pandemia -que se cobró un alto precio en este sector- parece probable que perdure a largo plazo. El comercio de pescado se está recuperando a pesar de los elevados costes de transporte y los retrasos logísticos.
El estudio también destaca que los productos financieros, como los futuros y las opciones relacionados con los principales productos agroalimentarios, no lograron "atraer el fervor especulativo marcado por otros años de precios elevados".