El destino de una familia marcada por un amor imposible y secretos silenciados
Por Reyes Ramiro Gamez Barboza
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- La novela La casa de la isla (Espasa) de Sarah Blake, es una historia de amor inolvidable, pero a la vez lleva a examinar no solo a una familia estadounidense privilegiada, sino también una América privilegiada.
La casa de la isla sigue a tres generaciones de una poderosa familia estadounidense, una familia que solía gobernar el mundo, sin embargo los errores del pasado y las traiciones se pueden propagar a lo largo de generaciones.
Blake entrega a los lectores una novela que entreteje el pasado estadounidense con su presente, analiza el racismo y el poder que durante generaciones se han arraigado sistemáticamente en los Estados Unidos.
En 1935 Kitty y Ogden Milton parecen tenerlo todo: niños perfectos, buena apariencia, un amor que todos envidian, pero ocurre una tragedia que cambiara a Kitty. Ogden intenta que Kitty salga de esa tristeza y lo hace comprando una isla en Maine.
La isla y la casa vienen a definir y pulir a la familia Milton, ya que año tras año organizan fiestas que reúnen a sus amistades y comparten grandes momentos, pero allí es donde Kitty emite una negativa que la perseguirá hasta el día de su muerte.
Ogden Milton sigue progresando en el mundo de las finanzas, por lo que muchas personas aspiran a entrar a trabajar con él, en 1959, Len Levy, un joven judío, conseguirá un trabajo en el banco de Ogden y se ganará la admiración de Ogden y una de sus hijas, pero eso significará el desprecio de todos los demás.
Además el mejor amigo de Len, Red Pauling es un hombre negro que ha ido forjando su vida gracias a su capacidad intelectual, lo que le hizo poder ser apoyado para estudiar en Harvard, conseguir un trabajo en el mundo literario y el periodismo, pero al acudir con Levy a una fiesta en la isla de los Milton, confirma que en su país sigue siendo visto de manera diferente.
En los albores del siglo XXI, la última generación de los Milton no tiene dinero para mantener la isla, por lo que los herederos podrían verse obligados a venderla. Además una de las nietas de Kitty, comienza a cuestionar los silencios sobre diversos momentos de la familia, por lo que indaga evidencia perturbadora sobre el pasado de su abuelo, ya que solamente de esa manera es que podrá comprender la historia familiar de los Milton.
