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“Servir en el Tec, el mayor honor de mi vida.- José Antonio Fernández

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Fue el cuarto presidente del Consejo Directivo del Tec

Por Alejandro Navarrete y Anta Torres/Fotos: Udell Jiménez, Alejandro Salazar, Jesús Almazán

Monterrey, México, Tec de Monterrey.- El Tec ha sido mi segunda montaña, dice José Antonio Fernández Carbajal, presidente saliente del Consejo Directivo del Tec de Monterrey.

Lo dice a unos minutos de que ha terminado la reunión anual de consejeros de la institución, en la que se le dio el banderazo al nuevo presidente, Ricardo Saldívar Escajadillo.

Por segunda montaña, Fernández Carbajal se refiere al concepto del periodista canadiense-estadounidense David Brooks en su libro del mismo nombre.

“Salimos de la escuela y queremos escalar una montaña que es la superación personal, conseguir un buen trabajo, que te vaya bien progresando en la vida”, explica Fernández Carbajal.

“De pronto, ves enfrente que hay otra montaña (…)”, continúa. “Y esa segunda montaña es la de las vocaciones y el trabajo interdependiente por una causa”.

“Yo tuve la suerte de que empecé a tener la otra montaña desde muy cerquita”, dice refiriéndose a su camino en el Tec que comenzó como alumno y profesor hace más de 40 años. “Y en esta otra montaña, cambiar vidas ¡es lo más bonito!”.

El Tec y la transformación de vidas

Fernández Carbajal recuerda que comenzó a dar clases en el Tec de Monterrey apenas un año después de graduarse de la misma institución como Ingeniero Industrial, en 1977.

Un profesor que lo marcó, Benito Flores, le había recomendado dar clase para desarrollar la habilidad de hablar en público. “Me dijo: mira, si no sabes vender tus ideas, no vas a poder avanzar; y para eso, hay que saber hablar en público”.

Cuando años después pensó en dejar la docencia, un exalumno que se encontró un día en Nueva York y la mamá de otro que lo abordó otro día en misa le recordaron la trascendencia del profesorado.

“Nunca vaya a dejar de dar clases. Usted no sabe lo que cambió a mi hijo”, le dijo aquella mamá.

“Para mí, el Tec ha sido la herramienta que más transforma vidas de manera efectiva”, reflexiona ahora.

Durante su periodo como presidente del Consejo Directivo, Fernández Carbajal impulsó fuertemente la creación de la primera beca que paga el 100% de la carrera universitaria a jóvenes con potencial de transformación e impacto social: Líderes del Mañana.

Él y Salvador Alva, en ese momento presidente del Tec, se inspiraron en el programa colombiano "Ser pilo paga” para crear este programa de apoyo social para jóvenes con gran potencial.

“Le dije: ‘mira: tenemos que atrevernos. Lo peor que nos puede pasar es que vayamos más despacio de lo que queremos’”.

"Esta idea inspirada en la universidad de Los Andes tuvo una gran resonancia. Es uno de los programas que más emocionan en el Tec y la hacen una universidad más incluyente", comenta por su parte, Alva.

Y, sobre José Antonio Fernández, agrega: "destaca su talento, pero su corazón lo hace trascender. Visionario, transformador, y, sin duda, un gran humanista".

Hoy, Líderes del Mañana tiene cerca de mil estudiantes becados estudiando y 728 más ya se graduaron.

Un foráneo y Monterrey

José Antonio Fernández nació en Puebla. Y cuando llegó el momento de poder estudiar una carrera, su papá decidió mandarlo a estudiar al Tec de Monterrey.

“Estaba tan mal documentado que llegué de chamarra de cuero un 5 de junio. Y yo pensé: “este calor no es de Dios. ¿Qué es esto?’”, recuerda sonriendo.

Pero “yo no quería venir al Tec, no quería salirme de Puebla. Me vine prácticamente obligado por mi papá que investigó”, continúa.

“Iba a venir para ser Ingeniero Mecánico. Y cuando llegué aquí, estaba la nueva carrera de Ingeniería Industrial y tuve que hablarle a mi papá. Crucé la calle ahí a un teléfono público para marcarle y pedirle permiso de cambiarme de IMA a Industrial. Fui la primera generación de Ingeniería Industrial”.

Afirma que ser un estudiante foráneo le permitió aprender a administrarse mejor y madurar más rápido.

Luego, sin embargo, al salir de la carrera, se quedó ya en Monterrey. “Yo me vine comprometido de regresar a Puebla. Y en el tiempo que estuve aquí, me casé. Y, pues, me convencieron de quedarme”

Con el tiempo, Fernández se fue especializando poco a poco en Planeación Estratégica y fue creciendo como empresario.

En el 2012 sería nombrado el cuarto presidente del Consejo Directivo del Tec de Monterrey, solo después de Don Eugenio Garza Sada, Eugenio Garza Lagüera y Lorenzo Zambrano.

Logros y desafíos

“Hoy, entrego con mucho orgullo y mucha satisfacción, por el deber cumplido, esta gran oportunidad que la vida me dio”, dijo el pasado lunes 20 de febrero en la asamblea donde dejó la presidencia.

Durante estos últimos 11 años, el Tec de Monterrey tuvo logros destacados como la creación de la iniciativa de regeneración urbana distritotec, de Líderes del Mañana, así como el crecimiento en los rankings educativos mundiales, llegando ahora a estar entre las 30 mejores universidades privadas del mundo.

También tuvo retos importantes como las secuelas del sismo de 2017 que afectó fuertemente a la Ciudad de México y al campus del Tec en dicha ciudad, causando el lamentable deceso de 5 alumnos, o el enfrentar como universidad el tema de la pandemia de COVID.

El Tec, fue de hecho, la primera universidad mexicana que suspendió clases ante la pandemia y pudo echar a andar rápidamente la educación a distancia, de manera ejemplar para otras instituciones.

Fernández destaca también la labor que hizo en la pandemia TecSalud, el sistema de salud del Tec de Monterrey, con los hospitales San José y Zambrano Hellion, como referente en buen tratamiento, baja mortalidad y en apoyo para otras instituciones, bajo el liderazgo del Dr. Guillermo Torre.

Además, el Tec instauró en este periodo su nuevo modelo educativo, Tec21, que deja a un lado la educación tradicional y asegura la obtención de las competencias necesarias a partir del aprendizaje basado en retos, del cual el Tec se ha vuelto una referencia global.

Para Fernández Carbajal, algo muy relevante en lo hecho estos años son los cambios que se impulsaron en el gobierno de la institución, para que fuera más transparente y ordenado.

Se creó un comité de gobierno intitucional y uno de auditoría, entre otros, y de ahí se generaron reglas más claras para entrar a los consejos directivos de cada campus. Además, se acortó el tiempo de la presidencia del propio Consejo Directivo.

"Nosotros nos auto impusimos que debían ser solo 2 periodos de 5 años, que todavía sigo pensando que es lo justo. Lo justo para el Tec y lo justo para la persona".

David Garza, rector y presidente ejecutivo del Tec, se expresó así de la labor de Fernández Carbajal en un comunicado oficial que envió a la comunidad Tec.

“Agradecemos profundamente 11 años de entrega, compromiso y liderazgo en esta posición, desde donde impulsó una significativa transformación de nuestra Institución, contribuyendo a la consolidación de nuestro liderazgo en México y América Latina”.

Salvador Alva, expresidente del Tec, por su parte, comentó: "De él, aprendí su capacidad de ver lo realmente importante y enfocarnos en ello. También, el empujarnos y retarnos a ir más lejos, a llevar al Tec a niveles de clase mundial".

"El legado de José Antonio", añade Alva, "es la visión hecha realidad:  liderazgo, innovación y emprendimiento para el florecimiento humano".

El Tec, su segunda montaña

En su libro Segunda Montaña, David Brooks explora el concepto de la vida significativa, argumentando que muchas personas pasan por dos etapas: la búsqueda de éxito y logros personales; y luego, la de un propósito a través del servicio a algo más grande que uno.

Brooks describe cuatro compromisos de personas que viven ese proceso: con un llamado, con una comunidad, con un código ético y con una causa trascendental.

Fernández Carbajal tiene claro que, para él, esa causa es la educación y el Tec.

 “El mayor regalo de mi vida que me dio el Tec fue haber conocido a Eva mi esposa y con ella haber podido crear una familia”, enfatiza. Y luego está el Tec: “el mayor honor de mi vida”.

“Yo me gradué y toda mi vida estuve obsesionado por cuánto ganaba, qué puestos tenía y que me ascendieran.”

“Pero cada vez que un alumno me decía: ‘gracias, maestro; usted me ayudó’, era la otra montaña. Y esa te da satisfacciones que no se pagan con nada”.

Y promete que seguirá no solo como consejero del Tec sino apoyando toda su vida esta causa.

“Seguirán contando con mi voluntad, con mi esfuerzo para seguir enalteciendo al Tecnológico de Monterrey.

“Es mi vida ya. Yo voy a seguir hasta que me muera pegado al Tec: donando, haciendo, dando clases, etc”.