Monterrey, México. UDEM.- La vida diaria, la rutina de una persona en situación migratoria cándida y sin filtros, fue enfocada con el lente de dos estudiantes de la Universidad de Monterrey para mostrar el lado humano de esta vulnerable población.
Jesús Reybal y Grecia Guevara, estudiantes de la carrera de Comunicación y Ciencias de la Información, eligieron retratar la realidad de los niños y jóvenes migrantes que viven en Casanicolás, un albergue para personas en tránsito. Fue en este lugar en el que, durante un periodo de más de 120 horas repartidas en varios días, tomaron docenas de fotografías y de las cuales seleccionaron 46 para crear su tesis, la cual titularon “Tres noches amarillas”.
“Queremos mostrar lo que están viviendo, que te puedas exponer a esa realidad que no necesariamente es la tuya que, a veces no te imaginas. Ver una fotografía te impacta más que una lectura, y sabemos que en el día a día la gente no se toma el tiempo de leer, por lo que es más fácil mostrarles de forma gráfica y con base a su contexto, que interpretarlas”, explicó Grecia sobre el fotorreportaje.
Las imágenes cuentan la rutina de seis jóvenes centroamericanos que viajaron solos o acompañados, por distintas razones y que encontraron en Casanicolás un lugar seguro y tranquilo. Es por medio de estas historias que los estudiantes de la UDEM buscan disipar en el público algunos de los mitos que en medios masivos se han esparcido respecto a la reciente crisis migratoria.
“La fotografía te acerca a realidad, te expone a ese acontecimiento, esa situación que tu no pudiste vivir”, complementó Reybal.
Los chicos admitieron sentirse nerviosos, pues tendrían que pedirle a personas en una situación muy vulnerable, compartir un poco de sus experiencias con desconocidos, pero señalaron que una vez que les explicaron lo que pretendían hacer. Los migrantes se mostraron comprensibles y muy interesados en el proyecto.
“Creemos que debería existir una rama del periodismo específica en migración, porque hemos visto que ha ido aumentando en años y meses recientes… Por lo que sentimos que necesita una cobertura humana y empática. Vemos que medios de comunicación los llaman ‘ilegales’, ‘indocumentados’ o ‘mojados’, pero se debe recordar que, primero que nada, son seres humanos, que son personas como tú y como yo y que se están trasladando para vivir mejor. Necesitamos saber escucharlos y darles su lugar como personas”, reflexionó el joven.
“Hay mucha percepción negativa respecto a las casas migrante. Hay muchos migrantes que se quedan afuera porque no son aceptados, por cualquiera que sea el caso, y los vecinos han dicho que quieren que quiten el albergue… porque ‘no se sienten seguros’, a lo mejor los migrantes no hacen nada, pero verlos ahí afuera les molesta. (Con el fotorreportaje) van a poder ver que en tres días los migrantes van a tener que comer y van a poder dormir bien, y van a ver el lado positivo de un albergue”, aseguró Grecia.
“Es muy importante ver que, no necesariamente, lo que se dice es la historia completa… no debemos quedarnos con un solo lado, sino que debemos de buscar la voz de los migrantes”, expresó Jesús.
La tesis de los jóvenes se llamó “Tres noches amarillas”, precisamente en relación a los tres días que un migrante se puede quedar en el albergue y por el brillante color del exterior de Casanicolás. Asimismo, Jesús y Grecia esperan hacer de su trabajo un libro para así venderlo y recaudar fondos para la organización.