La protagonista hace de la escritura su refugio y respiración
Por Reyes Gamez
Monterrey, México, Agencia de Noticias 3er Sector.- Agustina Bazterrica en la novela Las indignas (Alfaguara) entrega al lector una distopía perturbadora, en la que resplandece la naturaleza oscura de una falsa divinidad, un dios abusivo, pero también la forma subrepticia, aunque poderosa, de la amistad.
El mundo atravesó guerras por el agua y catástrofes ambientales. Los días pasan de gélidos a sofocantes en cuestión de horas, el aire está saturado de olores pestilentes y el cielo se cubre con nieblas espesas y pegajosas como telas de araña. En este presente desolador, confinadas en la Casa de la Hermandad Sagrada, varias mujeres sobreviven sometidas a los designios de un culto religioso y son objeto de torturas y sacrificios en nombre de la iluminación. Todas se encuentran bajo el mando estricto de la Hermana Superior, por encima de quien solo se erige “Él”. ¿Quién es Él? Poco se sabe; nadie puede verlo, pero desde las sombras las domina.
"Claramente yo soy feminista, soy una mujer latinoamericana que si bien tengo muchos privilegios, estoy en una situación de absoluto privilegio todavía, lamentablemente en muchos países las mujeres la siguen matando, la siguen violando. Hay mujeres que no pueden estudiar ahora, hay mujeres que no pueden hablar en público. Entonces me parece que hay que seguir reflexionando, hay que seguir luchando, hay que seguir pensando", mencionó Bazterrica.
En esta novela, Bazterrica nos entrega a una protagonista que hace de la escritura su refugio y respiración, ya que sin eso se ahoga porque no tiene escapatoria de ese culto religioso, pero a la vez las personas lectoras se apropian de ese diario anónimo de la protagonista..
"Exactamente eso. Que toda persona que sea autoaperciba mujer pueda ponerle el nombre a la protagonista, y también hay un tema de verosimilitud, que es si vos estás escribiendo un diario clandestino, no vas a decir "Hola, este es el diario de fulanita2. Si te lo descubren, en principio no debería haber nombre", señaló Agustna.
Además de que en ese diario la protagonista hace algunas tachaduras, sobe esto, la autora subrayó que "en el caso de esta protagonista que vive en un lugar de mucha opresión, de opresión real y de opresión psicológica, entonces ella intenta pensar, cuestionar, pero se reprime, porque en teoría acepta una religión, justamente no tiene que haber cuestionamiento, es una cuestión de fe y tenés que creer y aceptar incondicionalmente, entonces las tachaduras tienen que ver con eso también"
La autora dijo que su protagonista tendría alguna similitud con Reinaldo Arenas, un escritor cubano gay que fue perseguido en su país y en los años de persecución él siguió escribiendo, escondía sus textos en el techo de su casa, debajo de las tejas y se arriesgó porque necesitaba escribir, era su salvación. Mucho de esas novelas se perdieron, se las daba a sus amigos, pero también los perseguían.
En la trama de Las indignas, es muy interesante observar a esas mujeres alrededor de quien está escribiendo el diario, de que unas tienen ideas de abrazar el cambio y otras seguir con lo establecido porque el miedo las invade.
"Bueno eso es lo que pasa en nuestras sociedades. Lo podés pensar con el patriarcado, como por qué hay mujeres que defienden el patriarcado si son ellas también las que están oprimidas por el sistema, sin embargo las hay. Y si lo querés llevar a núcleos más pequeños, en las sectas pasa eso, pasa que hay gente que está totalmente cooptada por la secta, inclusive si se va físicamente de la secta, si logra escapar, pongamos por caso, no escapa mentalmente, porque digamos, hay muchos mecanismos de manipulación que se pueden usar con el ser humano, no con todos, pero con muchos sí, para generar esta lealtad extrema, digamos, este fanatismo extremo", mencionó Bazterrica.