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La mujer debe darse el derecho a no ser siempre la que sostiene

Estilos de Vida
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Las mujeres no deben ser expertas en todo, sino expertas en sí mismas

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Anamar Orihuela señaló que muchas mujeres se han acostumbrado tanto a una identidad fuerte, que han olvidado el derecho a no poder, a no siempre saber, a no siempre controlar, a no ser siempre la que sostiene, por lo que es necesario que se den el derecho a decir que no, a ser sostenidas, a pedir, a recibir, a soltar cuando lo requieran y así poder tener una vida plena.

"Creo que las mujeres hemos aprendido que hay que ser inteligentes, estrategas, reprimir nuestras emociones, tomar decisiones, salir adelante, no necesitar a nadie, pero eso de alguna manera ha reprimido a incluso aplastado nuestra feminidad y nuestra sensibilidad”, señaló la autora del libro Doña Huevotes. Aprende a liberarte de la carga de ser la que carga, resuelve, ayuda, sostiene y jamás tiene derecho a necesitar (Aguilar).

Orihuela dijo que si es posible que las mujeres puedan romper con estos patrones que en ocasione se trae desde la infancia.

“Entonces en este en este libro hablo de la importancia de no ser una Doña Huevotes, porque en realidad no estoy promoviendo que las mujeres seamos Doña Huevotes, estoy promoviendo que las mujeres podamos tener si una Doña Huevotes a la mejor sí al servicio de áreas de nuestra vida, donde se requiere que tomemos decisiones, saquemos a nuestros hijos adelante. Hay muchas mujeres que se encargan, que son, que son las jefas del hogar  o dueñas de una empresa y que tienen que tomar decisiones y ser valientes y ser fuertes, pero que no se convierta en una manera de estar en la vida en todos los ámbitos”, mencionó la autora.

Anamar señaló que las mujeres no deben ser expertas en todo, sino expertas en sí mismas, que el autoconocimiento les permita cuidarse, amarse y no es perfecta, ya que el camino del autoconocimiento es interminable, ya que tal vez la Doña Huevotes en este momento de su vida no ha superado esa “infancia donde no se sintió protegida y esto ahora ya se convierta en su forma de vida”, pero la “Doña Huevotes están hartas, cansadas, sobrepasadas, incluso físicamente la Doña Huevotes tiene padecimientos de rodillas, de espalda, de tiroides justo por esta posición como de dale, échale ganas, no te quejes”.

Orihuela enfatizó que las mujeres pueden ser fuertes mientras más conectadas se encuentren consigo mismas, más expertas en sus necesidades, en sus heridas, en sus historias, entonces se hacen más poderosas ya que no ocupan hacer una carrera por demostrar lo que valen.

“Si nosotras las mujeres seguimos pensando en las necesidades de los demás, cubriéndolas, mirando a los otros y no nos miramos a nosotras mismas, no sentimos nunca el peso y la crueldad que es imponernos tanta responsabilidad, tantas cargas. El día que llevamos la mirada hacia nosotras mismas, el día que te das cuenta, lo doloroso que es, lo cruel que es no tener derecho a pedir, no tener derecho a que alguien te cuide, a que alguien te sostenga, sentir que siempre debes de ser la fuerte es realmente una imposición muy cruel, pero como no la sentimos porque vamos en chinga porque no hay tiempo que perder.

Ya que te enteras de eso y conectas con lo doloroso que es eso. Entonces las cosas empiezan a cambiar, porque tú no te vas a mover del lugar si no te das cuenta que te están pisando, que tú te estás pisando a ti misma, o sea, la única manera de moverte es que te des cuenta que te está pasando, eso te duele, pero ya te sientes con el derecho de moverte”, mencionó Anamar.

Orihuela dijo que el proceso de reconstrucción no es nada sencillo, ya que es “un proceso de trabajo personal, de ponerte en primer lugar, de conocerte en el fondo, es mucha parte de tu historia, de enojarte con tus padres”, ya que mencionó que el libro “empieza el viaje con tu madre, esta es tu madre, probablemente fue una víctima, probablemente la sentiste frágil, vulnerable, este es tu padre, probablemente no lo sentiste cercano, ¿probablemente te enojaste con su ausencia?, no sentiste su protección, esta es tu relación con los hombres, los tipos de hombres que atraes el hombre pájaro herido, este es el Don Huevos o el hombre chinga quedito, que son también estas dinámicas violentas, pasivas, que vamos construyendo en las relaciones”.

Por lo que Anamar consideró que “las mujeres tenemos que permitirnos pedir y ser cuidadas”, ya que una Doña Huevotes “en el fondo tiene una niña que lo que más quisiera es que la cuiden, la vean, la mimen, la apapachen, ya que prácticamente nunca tuvo ese derecho. Realmente cuidarla, considerarla, ayudarla también de pronto a frenar sus impulsos de yo ya me voy ahí a la barranca, ayudarla a darse cuenta de lo que hace, con cariño”.

Orihuela señaló que el libro conecta con las personas, ya que “es mi historia, soy yo, eso es lo bonito también del libro, que está escrito con mucha alma, con mucha verdad, porque en realidad no lo escribo como la especialista, sino como la mujer que se recupera de esa realidad que conozco muy bien, que conozco a flor de piel y se me hace muy padre que desde mi posición de experta de heridas pueda compartir esto que es bien profundo de lo que sucede con este síndrome psicológico, se una manera muy práctica de cómo se ve esto en tu vida”.