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Mónica Hernández devela a la mujer detrás de una leyenda: la Carambada

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Juárez no escucha los gritos de piedad y asesina a Maximiliano, pero en realidad a quien mata es al guardia José Joaquín

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Mónica Hernández en su novela La Asesina de Juárez (Martínez Roca) lleva a sus lectores a un emocionante viaje por una parte de la segunda mitad del siglo XIX y se detiene en el derrocamiento de Maximiliano de Habsburgo y su supuesto asesinato en 1867, ya que existe la versión de que el cadáver del emperador fue sustituido por un militar, el prometido de ‘La carambada’.

La escritora toma hechos confirmados en la historia de México y así armó una ficción, según la cual Juárez no escucha los gritos de piedad y asesina a Maximiliano, pero en realidad a quien mata es al guardia José Joaquín, de gran parecido con el austríaco.

Hernández recordó que en una visita a Querétaro observaba que un barrio, una tienda, llevaban el nombre de La carambada, al indagar se entera que "pues era una bandolera tipo Robin Hood, que le robaba a los ricos para darle a los pobres como a ella y cuando la mandan matar, porque era una bandolera, la dejan agujerada, la dan por muerta, la recogen las monjas para curarla, les habla y les dice, me quiero confesar. Oiga, pues tratemos al cura, no, quiero el señor obispo. Entonces al señor obispo le confiesa: yo maté a Benito Juárez, yo lo envenené. El señor obispo rompe secreto de confesión. Hay un corrido de La carambada, no se le hace un corrido a cualquiera en este país, no, yo dije qué raro, y si lo hizo un señor llamado Higinio Vázquez de Santana.  Entonces yo dije, bueno, y por qué alguien querría matar a Benito Juárez".

Mónica logra retratar a un Benito Juárez alejado de la figura política, sobre esto dijo que "las novelas históricas complementan la lectura de la historia de México, entonces también encontrarme con un Benito Juárez de carne y hueso, que tenía muchas cualidades, indudablemente tuvo muchos cualidades, pero también tuvo grandes defectos, o sea, fue el primero que empezó con lo que seguimos hasta hoy, él peleó como oposición por una nueva Constitución de México, pero cuando llega  a la Presidencia no quiere cumplir la ley, sobornaba a legisladores, senadores, gobernadores, para quedarse en el poder.

Agregó que Juárez  “ya tenía muchos enemigos" al no querer ceder el relevo presidencial, por lo que al escribir la novela en torno a la muerte de Juárez que fue por "Inflamación del simpático", es que pudo usar la historia de La carambada.

Emilia, nombre que adopta ‘La carambada’, jura vengarse; en un momento de la novela conoce la ventiunilla, yerba que en grandes dosis mata a los 21 días de ser consumida. Necesita saber si funciona para matar al presidente y prueba envenenar a dos hombres, entre ellos un misógino violador.

Gracias a su cercanía con el Ministro Sebastián Lerdo de Tejada, ‘La carambada’ tiene acceso a un baile donde está Benito Juárez, un acto alrededor del cual gira la novela.