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La visitante una novela que denuncia la violencia contra las mujeres

Estilos de Vida
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México, 1972. Los años del miedo y la represión hacia los estudiantes todavía no se acaban

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- El escritor Alberto Chimal en la novela La visitante (Planeta) entrega al lector un thriller con elementos de lo sobrenatural, pero también denuncia la violencia contra las mujeres.

México, 1972. Los años del miedo y la represión hacia los estudiantes todavía no se acaban. Gabriela es una joven que llegó recientemente a la UNAM para cursar la carrera de contaduría, aunque termina dedicando su tiempo al grupo de teatro experimental de la universidad dirigido por Teodoro, joven promesa de la escena artística.

Chimal recordó que la construcción de la historia "primero fue como la premisa de este ser sobrenatural, este como fantasma de una mujer asesinada que va en busca de justicia. Una de las cosas en las que pensé fue que al ambientarlo en otra época podía como hacer como una especie de paralelo entre la violencia de entonces, la violencia de ahora, que desgraciadamente en cierto sentido es similar y a la vez se compara con ese telón de fondo de violencia, de tensión, de miedo que hay en  la novela".

Alberto señaló que el ambientar la novela en los años 70 para él fue un proceso de escritura donde fue "tanteando a medida que desarrollaba la novela, porque tenía yo muy claro al personaje de Gabriela, desde el principio sabía de dónde iba a venir, ya que ella tiene un poco de rasgos de mi propia vida, no digo que soy yo de ninguna manera, pero sí la vida en una ciudad como Toluca, que es de donde yo vengo, también este la vida a comienzos de los años 70, que a mí me tocó verla en la infancia, y también mucho de investigación" para recrear los escenarios.

Tan pronto Gabriela se integra a los ensayos, se entera de la desaparición de una de las antiguas actrices, quien aparentemente fue vista por última vez el día de la matanza estudiantil del Jueves de Corpus. Al principio todo parece ir bien, pero el grupo de teatro protege más de un secreto y una serie de perturbadoras pesadillas comienzan a atormentar a Gabriela, obligándola a encarar un horror inexplicable, aparentemente ligado al brillante director, a sus nuevos amigos y a una fuerza oculta, persistente, que los rodea a todos.

“El personaje digamos que podemos llamar de La Visitante, ya que yo no estuve seguro exactamente de cuál iba a ser como su origen, sus antecedentes, sino ya muy avanzado el proyecto sabía que tenía que ser un personaje distinto. De hecho es un personaje, digamos, cuya identidad se intenta averiguar en varias ocasiones, pero sin éxito. No hay como una serie de sorpresas ahí este eso fue saliendo a medida que la que lo desarrollaba finalmente creo que algo importante que sí se puede decir, sí, incluso sin revelar mucho a alguien que lo lea, es que parte de la razón por la cual elegí finalmente caracterizar al personaje de la visitante. Como sabemos que es al final.

Es porque quería como mostrar que la violencia, pues sobre todo violencia contra las mujeres, se daba igual que se da ahora en entornos de lo más variado, incluyendo el entorno doméstico. No es únicamente digamos en en sucesos catastróficos como la masacre del jueves de Corpus o la masacre de Tlatelolco, sino que esa violencia estaba por todas partes, a veces de manera manifiesta. A veces no, entonces ese esa idea, pues fue parte del criterio para elegir finalmente quién iba a ser ese visitante", mencionó el escritor.

Chimal logra que los lectores también conozcan el entorno de la ciudad de México de los años 70, ya que hay conversaciones, programas de radio y televisión, incluso descripciones muy vivas del día a día en aquellos años.

"Parte de eso viene de mi recuerdo, ajá y parte de eso viene también de hacer entrevistas. Hice  una serie de entrevistas con personas que habían sido adultas en esa época y me platicaron toda la clase de detalles que que yo siendo niño, pues no había percibido en en aquel tiempo. O sea, desde cuánto costaba un boleto de autobús hasta la rutina para ir a sacar la basura o dónde se podían encontrar los teléfonos públicos o cómo eran los edificios de la Ciudad de México en aquel tiempo, porque después del terremoto muchísimas cosas cambiaron. La novela está ambientada en un vecindario que, de hecho, prácticamente ya dejó de existir, porque los edificios más importantes de ese lugar se cayeron en el terremoto. Entonces todo ese lugar está completamente cambiado, está irreconocible entonces es un poco deliberado, porque también si alguien observa el mapa de la zona, un mapa actual de la zona, pues no va a encontrar nada, porque todo está distinto, todo se desplazó, todo desapareció”, señaló Alberto.

Sobre las conversaciones que tienen los personajes, Chimal dijo que en sus novelas le gusta "meterle como momentos de humor a mis historias, mucho de la vida de la vida cotidiana, en esta época, igual que en otras, se puede ver esos diálogos que uno tiene de manera de manera casual, no son diálogos que yo haya tomado de alguna parte, pero sí están un poco modelados a partir de experiencias que he tenido, que he escuchado, eso a mí me parece muy importante, porque a mí me gusta el tipo de recreación histórica que no se apresura a ir con las celebridades, tú puedes perfectamente vivir toda tu existencia sin encontrarte jamás con alguien famoso, ni con el representante de tu época ni nada así.

A mí eso me parece irreal, querer esperar eso de una novela que supuestamente representa la vida tal como fue, entonces en esta novela, pues los personajes hablan de tal gente que fue el Presidente o la otra que fue una personalidad importante del teatro, pero no aparece, que no tienen por qué aparecer, porque porque en la vida no estamos todo el tiempo viendo a los famosos".

Alberto agradeció a los lectores por los buenos comentarios que han hecho de la novela, "me ha gustado que algunas que algunas personas, por ejemplo, han entresacado ciertos párrafos y los han puesto como citas, es algo que gusta mucho en el mundo de la virtualidad. Eso no me había pasado que me pusieran como la frase llegadora, la frase significativa, eso es muy curioso, yo no ando buscando hacer frases muy perronas, pero el que alguien se decida como entresacar alguna parte del texto y lo ponga como su aforismo o como su pequeña porción citable, pues me da gusto que puede ser leído de más de una manera".