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MARCO presenta la instalación El revés de la sombra no es el reflejo en el agua

Estilos de Vida
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Permanecerá hasta el 30 de julio

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) presenta El revés de la sombra no es el reflejo en el agua, de panósmico, La instalación es una forma de visualizar y registrar la interconectividad del agua, un cuerpo al que es imposible seguirle la pista después de que se va al drenaje, y que recorre largos trayectos, conectando así la actividad humana a los múltiples paisajes por donde transita.

La instalación se encuentra abierta desde el pasado 19 de mayo del 2023 y permanecerá 30 de julio del 2023. Esta es el segundo proyecto en Espacio Uno, nueva sala de exhibiciones de MARCO ubicada en el lobby y con entrada libre, que inició actividades en febrero pasado con la muestra Escenografía para una ciudad (Tramoya), de Rolando Flores y Saskia Juárez, que recibió a más de 40 mil visitantes.

El colectivo conformado por Mariana Mañón y Manolo Larrosa creó un proyecto dividido en dos momentos: una instalación con un complejo sistema que traduce el movimiento del agua a un gesto entre la caligrafía y el dibujo, y por otro lado una serie de piezas cerámicas. Ambos son el resultado de un estudio sobre el trayecto del agua entre la Ciudad de México, una de las urbes más grandes del mundo, y el estado de Hidalgo. El proyecto se presentó en el 2022 en el espacio Vernacular Institute, en Ciudad de México, bajo la curaduría de Jo Ying Peng.

La instalación Escritura del agua trabaja con tecnología Arduino (de código abierto) y tres sensores que captan la velocidad del agua que es arrojada por el drenaje, en este caso, estarán conectados a los baños de MARCO, mientras que en Vernacular registraron el movimiento del agua del escusado, lavamanos y regadera del espacio. Cada vez que los baños se utilizan, los sensores mandan una señal al cerebro del dispositivo que recibe la información y la convierte en movimientos circulares que la pluma va registrando en el papel. Su mecanismo es parecido al de los detectores de mentiras, donde el papel se va deslizando para que el trazo del bolígrafo pueda ser apreciado en la superficie. Pero las líneas de esta instalación son circulares e irregulares.

El motor de la pluma está conectado a una pieza de madera en cuyo interior se encuentra una piedra pequeña, una herramienta que ha sido utilizada desde épocas prehispánicas como herramienta para hilar madejas de hilo, conocida como malacate. Es incluida con el propósito de plantear una metáfora del movimiento de los ríos en la ciudad, que se trenzan en un gran vórtex, culminando en el Valle del Mezquital, en Hidalgo.

El colectivo considera que el agua es un hilo energético que conecta los territorios por donde atraviesa, en el caso de Ciudad de México, el agua potable proviene del Sistema Cutzamala, en el Estado de México, y que tras su paso por la urbe, desemboca en Hidalgo, convirtiendo un paisaje antes desértico en un vergel. Incluso, el malacate que los artistas utilizaron para armar el robot fue adquirido en un mercado hidalguense en Ixmiquilpan, donde se concentra activamente la comunidad otomí y su cultura.

Las piezas cerámicas que integran la otra parte del proyecto se titulan Encuentros plásticos y son una especie de registro acerca de la transformación del suelo y del paisaje al recibir los materiales que arroja la Ciudad a través de las aguas negras. Las cerámicas parten de imaginar cómo se constituirían las vasijas de nuestra cultura contemporánea si un arqueólogo se encontrara con el paisaje material que domina las costas alrededor de las presas de Hidalgo y tratara de ensamblar las piezas de barro y plástico que han inundado esos suelos. De esta manera, los artistas se cuestionan: ¿cómo se vislumbraría nuestra huella geológica-ecológica en el futuro? También se encuentran piezas de plata adornados con los micro plásticos, algunos son peces que sirven como destapador de botellas, y una serie de medallones.

Las cerámicas están cubiertas por pequeños trozos de plástico encontrados en el Valle del Mezquital, que son colocados en la superficie siguiendo la técnica de mosaico parecida al trencadis, aludiendo a la época prehispánica en la que se utilizaban piedras preciosas para decorar objetos rituales y de valor cultural; al mismo tiempo, el uso de este material se refiere a la huella que los humanos están dejando en el ecosistema.

Formado en el 2017, el colectivo panósmico se ha concentrado en la investigación basada en arte, utilizando el método científico para explorar asuntos relacionados con la ecología y medio ambiente, el urbanismo y su impacto con la naturaleza, la cartografía de las ciudades, entre otros. Sus proyectos se han realizado de manera colaborativa y transdisciplinar para repensar las relaciones ecológicas entre humanos y territorios. Al revisar problemas que ocurren en los márgenes sociales, muchas veces recurriendo a perspectivas tanto filosóficas como científicas, el colectivo cuestiona el capitalismo y su presencia en la vida cotidiana.

La intención del colectivo es cuestionar el excedente capitalista en la vida cotidiana a través de la intención de revisitar estos problemas marginales con diferentes enfoques. La metodología de panósmico busca ampliar el conocimiento transdisciplinar para repensar las relaciones ecológicas entre humanos y territorios, empleando dispositivos de arqueología especulativa para inocular otras narrativas de la superficie y su huella evolucionada. El revés de la sombra no es el reflejo en el agua teje una narrativa con eco sobre cómo podríamos haber creado resiliencia frente a la sensación de pestilencia contemporánea.

El colectivo ha realizado las siguientes exhibiciones individuales: CAH en LIGA, espacio para la arquitectura, Estómago compartido en el espacio Quiñobrera; El revés de la sombra no es el reflejo en el agua en el Vernacular Institute; Desierto-Desertificación en el Museo Histórico Etnográfico de Caborca; y En qué nos hemos convertido en el espacio Textraño Mucho. También ha participado en las exposiciones colectivas Tiempo compartido en el Museo de Arte Carrillo Gil, Cerro de agua en Museo de Arte Moderno (Ciudad de México); Dilucidando lo glocal, dentro del evento inaugural de Multipolar (Ciudad de México), y Surco en la organización Poco a Poco (Oaxaca). Artículos de su autoría han sido publicados por las revistas Arquine (México), LA+ MAG (Estados Unidos), así como por las plataformas Culture2 (Canadá) y Toda la Teoría del Universo (Chile).