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Concluyó el Encuentro de Colaboración Ciudadana

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La reducción del espacio cívico es una tendencia en América Latina

Hay que lograr que las OSC se comuniquen mejor con las esferas de poder

Conviene aprovechar la virtualidad para deslocalizar las luchas sociales

Ciudad de México, Cemefi.- El 13 de mayo, último día de actividades del Encuentro de Colaboración Ciudadana, convocado por Cemefi y otras 17 instituciones no lucrativas y colectivos, abrió con un diálogo sobre la sociedad civil que necesitamos, el cual fue conducido por Karla Jiménez Arzamendi, directora general de Fundación Merced, quien dijo que el contexto nos ha obligado a cambiar y a preguntarnos cómo queremos construir el futuro.

David Pérez Rulfo Torres, director general de Corporativa de Fundaciones, dijo que es requisito indispensable para una sociedad civil fuerte es una ciudadanía altamente informada, con capacidad de análisis de su realidad y con capacidad de comprometerse. Reactiva ante las restricciones, con capacidad de dialogar, en lo privado, público y cívico. Una ciudadanía con capacidad profética; sin trasgredir los acuerdos pasados y denunciar a las personas que lo hagan. También debe ser exigente de una visión de futuro.

Al respecto, Karla Jiménez dijo que el reto es cómo lograr esa ciudadanía informada. Cómo informamos al público, cómo llegamos a la gente, para que las personas no vean a la sociedad civil organizada como un actor lejano. Cómo lograr que el feminismo, la inseguridad, el cambio climático, son problemáticas que nos corresponde a todas las personas intentar resolver; no es obligación solo de gobierno o de la sociedad civil organizada.

El periodista y analista político Ricardo Raphael de la Madrid puso sobre la mesa una idea provocadora cuando dijo que el éxito de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) puede ser un lastre para imaginarse a la propia sociedad civil del futuro. Hay que hacer un balance objetivo del pasado para construir una agenda de porvenir. Luego recomendó a las OSC enfocarse en su propia causa, “porque el que va por todas las causas no va por ninguna”.

Ricardo Bucio Mújica, presidente ejecutivo de Cemefi, señaló que el tema de la sociedad civil debe abordarse desde dos perspectivas: la causa que cada OSC atiende y el espacio común que queremos construir como colectividad. Apuntó también que hay que diferenciar entre los medios y los fines, y que los mejores fines no justifican medios incorrectos. “Un imaginario integral de la sociedad civil es absolutamente necesario”.

El futuro de la sociedad civil organizada

David Pérez Rulfo dijo que la mejor manera de proyectar el futuro es a través de la visión de las personas. Integrar a la visión a coaliciones, colectivos, activistas. Hay que construir confianza entre estos grupos, con transparencia y visibilidad. Las OSC deben ser espacios profesionales, dejar de lado el protagonismo y la imposición de agendas particulares. Dejar de lado la competencia por los recursos económicos. Hay que compartir datos y tener la capacidad de colaborar, ser capaces de medir y comunicar el impacto; con un sentido de causa amplia y con un sentido de sector.

Ricardo Raphael instó a las OSC a comunicarse mejor con las esferas de poder, marcar de manera precisa las causas para poder construir. Además, el gobierno corporativo de las OSC debe ser lo más horizontal posible, para no entregar el poder a una sola persona. “Las personas no somos la causa. Lo mejor es tener organizaciones horizontales, con pesos y contrapesos”, aseveró.

Ricardo Bucio comparó a la sociedad civil como una "ambulancia" de los heridos del sistema político y señaló que desde esta perspectiva no hay manera de resolver ninguna problemática en términos de acción e incidencia. Debemos tener capacidad de colaboración con el poder económico y con el poder político. No podemos mantenernos en protesta ni tampoco en una posición de servilismo con el gobierno.

Reducción del espacio cívico, una tendencia en América Latina

El conversatorio “Casos de resistencia frente a la reducción del espacio común” fue conducido por Ana Cristina Ruelas Serna, especialista de libertad de expresión y de Información.

Desde Ecuador, César Ricaurte, de FundaMedios, señaló que en toda América Latina hay una tendencia de recesión democrática. Los gobiernos no rinden cuentas por conveniencia, omiten aceptar que el narcotráfico está inserto en toda la economía y que hay una enorme corrupción. Ante la reducción del espacio cívico, la sociedad civil debe luchar por mantener la democracia. Sugirió construir redes de solidaridad internas y externas. Y en estas redes, no hay que excluir a nadie, ni siquiera por cuestiones ideológicas.

Y las redes de solidaridad externas deben permitir acceder a organismos internacionales de protección de derechos humanos. Es preciso documentar casos en los que se violentan los derechos y en las que incluso, hay agresiones por parte del Estado.

Desde Cuba, Johanna Cilano Peláez, fundadora y codirectora de Gobierno y Análisis Político (GAPAC), dijo que la sociedad civil debe estar alerta e informada de los patrones de reducción del espacio público que se están replicando en varios países de Latinoamérica. Ante este escenario, “hay que transversalizar la lucha por el espacio cívico”; pues tarde o temprano, dichas restricciones nos afectarán a todos. “Hay que aprovechar la virtualidad para deslocalizar las luchas sociales, es un trabajo transnacional”.

Cristina Ruelas hizo un llamado a no quedarse “en la zona gris”, en silencio, sin tomar partido sobre aquellos temas en los que históricamente se ha pronunciado. La polarización social en México y la narrativa que estigmatiza a la sociedad civil organizada está propiciando el silencio, en lugar de la denuncia.

Como ejemplo, Javier Ávila Aguirre, presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac), de México, afirmó que los pueblos indígenas son maestros de la resistencia, luchando históricamente contra el despojo y la imposición. Y para defender el espacio cívico, recomendó formular con claridad los objetivos que se pretenden, lograr la colaboración entre diversas OSC y construir redes de apoyo para resistir y no ceder frente a los intereses del gobierno.

Ejemplos de incidencia e impacto, la voz de colectivos ciudadanos

En el Conversatorio “Colectivos ciudadanos y organizaciones de base: otras formas de impacto social e incidencia en lo público” fue moderado por Ixchel Cisneros, directora de la OSC “El día después”. Este conversatorio trató el caso de organizaciones de base que han tenido éxito, aunque siguen luchando, en crear impacto social e incidencia.

Marcelina Bautista, icónica luchadora por el reconocimiento al derecho a la seguridad social y trabajo digno de las 2.2 millones de trabajadoras del hogar en México y además fundadora del Centro Nacional para la capacitación profesional y liderazgo de las empleadas del hogar, CACEH; subrayó la importancia de crear alianzas para potencializar causas ciudadanas.

Saúl Gómez, del colectivo “Ni un repartidor menos”, habló sobre la discriminación que hay para los repartidores que trabajan vía aplicaciones y de la impunidad en la que han quedado los casos de 60 repartidores que han muerto en el ejercicio de su trabajo tan solo de marzo de 2020 a la fecha. Acusó que ha sido más fácil dialogar con secretarios de estado de Estados Unidos que con funcionarios de México.

Leonardo Rodríguez, abogado y activista de “Chihuahua Decide” defendió la importancia de hacer incidencia pública desde lo local y criticó que “muchas personas piensan que sólo desde la Ciudad de México se mueven las cosas; cuando la única forma de organización política para la exigencia de derechos es desde lo local, el municipio”. Y para ello, se requiere que las personas más afectadas con la problemática sean las primeras en informarse y en alzar la voz.

Atreverse a arriesgar para colaborar

Al cierre del evento, Ricardo Bucio exhortó a “atreverse a dar espacio a los demás”, a arriesgarnos a trabajar con nuevos actores para construir el espacio común, aunque resulte un verdadero desafío en un país tan desarticulado en todos los sectores.

El recuento

Innovación y tecnología para la incidencia en el segundo día del Encuentro de Colaboración Ciudadana

En México, el sector filantrópico corre el riesgo de perder el espacio que ha ganado

El 12 de mayo, que fue segundo día de actividades del Encuentro de Colaboración Ciudadana, convocado por Cemefi;  comenzó con el diálogo “Fuera de la caja: ¿qué hace la sociedad civil para incidir e impactar?

Javier de la Calle Pardo, director General de Nacional Monte de Piedad, advirtió que en México el sector filantrópico corre el riesgo de perder el espacio que ha ganado. La sociedad civil organizada es un sector pequeño con respecto a su economía, está poco fondeado -más cuando el gobierno ha retirado apoyos- y muy fragmentado. Además, es necesario que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) no sólo sepan procurar fondos, sino que demuestren que lo que hacen genera un impacto real con respecto con respecto a lo que el donante espera.

Carolina Suárez Visbal, directora de Latimpacto, hizo hincapié en la necesidad de involucrarse de una manera más estratégica para poder fortalecer el sector no lucrativo. “Sí es rentable involucrarse en temas sociales”, aseguró, aunque el retorno no será siempre financiero.

Para la sostenibilidad de este sector, hay que comenzar a entender que hay nuevos mecanismos financieros, no todo son donaciones; se puede recurrir a préstamos o inversiones. Estas opciones están comenzando a observarse en México, apuntó.

Dan Cardinali, del Independent Sector, indicó que no solo en América Latina, también en Estados Unidos, es importante que tanto el gobierno como el sector privado cambien su visión de las OSC para verlas como aliadas y no sólo receptoras de recursos. organizaciones no lucrativas, las vea como aliadas y no solo como receptoras de recursos. Se pronunció contra el estereotipo de que quienes trabajan en organizaciones no lucrativas son “héroes”, señaló que deben ser bien pagados y tener oportunidades de desarrollo profesional.

Phil Buchanan, del Center for Effective Philanthropy, señaló que en los últimos años ha crecido el número de instituciones académicas que investigan y aportan datos sobre el sector filantrópico, lo cual permite a las organizaciones de la sociedad civil profesionalizarse, responder mejor a las necesidades sociales y cambiar realidades.

En el conversatorio “Empresas y organizaciones juntas para generar un cambio social”, Beatriz Tumoine, directora de impacto social global de CEMEX, dijo que la relación empresas-sociedad civil organizada debe estar enmarcada en reglas claras. Las empresas están en constante escrutinio, sobre todo aquellas que cotizan en Bolsa, y observan a detalle a las OSC que eligen como aliados. Señaló que toca a las OSC tener una vocación “muy definida” para que la inversión de las empresas sea efectiva.

Señaló que las organizaciones de la sociedad civil deben de explorar la posibilidad de trabajar en alianza sus programas de apoyo, pues para las empresas es muy complicado elegir a cuál organización otorgar recursos cuando hay varias realizando proyectos muy similares.

Silvia Dávalos, directora General de Políticas Públicas y Comisiones del Consejo Coordinador Empresarial, consideró que los organismos empresariales están cambiado el enfoque a sus esquemas de apoyo. El CCE, comentó lleva tiempo realizando mesas de trabajo multi actores en las que las OSC han aportado conocimientos, hecho concienciación en el sector privado para que se sumen en el abordaje de causas sociales, como el impulso a la educación STEM en el nivel medio y superior en las escuelas. “Se han roto prejuicios entre los sectores, podemos converger, escucharnos, enriquecernos en los propósitos compartidos mediante alianzas”.

José Medina Mora, presidente nacional de Coparmex, consideró fundamental impulsar la participación y la colaboración con OSC especializadas en temas puntuales, como educación y salud. Dijo que hay miles de organizaciones civiles que ofrecen la posibilidad de tener una mayor participación ciudadana. Destacó que a diferencia democracias más avanzadas donde los ciudadanos participan en 5 o 7 organizaciones, en México el promedio no alcanza ni una.

Señaló que el reto es pasar de un modelo de responsabilidad social a un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible. “En una nueva cultura empresarial, la convocatoria incluye a la cadena de valor de las empresas y a los colaboradores, ya que solo así se contará con mayor talento que fomentará igualdad de oportunidades y desarrollo”, apuntó.

En el conversatorio “Tecnología para el cambio social”, Héctor Escamilla, de Movilizatorio, afirmó que la tecnología debe ser aprovechada por las OSC para comunicar, articular actores y alcanzar una difusión internacional. Subrayó que la tecnología en sí misma no resuelve problemáticas, pero sirve para que las personas se apropien de éstas, se informen y decidan participar.

Recomendó contar con un diagnóstico preciso al decidirse a usar tecnología: como el nivel de desarrollo de la propia OSC así como los públicos a las que va dirigido.

Gastón Wright, de Civic House, señaló que la tecnología ha aportado una serie de innovaciones a las OSC, lo cual se ha traducido en una serie de mejoras y eficiencia, sobre todo para aquellas que no se constituyeron en la era del internet. Ahora pueden administrar mejor sus recursos materiales y sus grupos de relación.

Carlos González Penilla, de Makaia, afirmó que la tecnología es un habilitador para la eficiencia de la sociedad civil, pues ha cambiado la forma en la que esta ofrece sus servicios a sus públicos de interés. “La tecnología agrega valor a las organizaciones civiles en la que medida en la que ésta agrega valor a las personas. Es la tecnología cumpliendo un propósito, cerrando brechas de desarrollo, de empleo, de cultura, de educación”. Es un puente para el acceso a derechos.

La periodista Ana Francisca Vega, conductora del panel, recomendó a las OSC sumar a los tomadores de decisión, e incluso a funcionarios, en el análisis de cómo incorporar la tecnología en las iniciativas para solucionar problemáticas sociales.

El conversatorio “Una mirada crítica hacia las redes, ¿cómo ser más pares?” Tatiana Fraga Diez, directora ejecutiva de Comunalia, dijo una de las mejores razones para participar en red es la “posibilidad de multiplicar lo que hacemos y hacerlo mejor”, aunque la participación de sus miembros es desigual de manera inevitable.

Lourdes Morales Canales, coordinadora de la Red por la Rendición de Cuentas, mencionó que los colectivos deben tener la capacidad de procesar las diferencias sin perder el foco en la razón que les une. Luis Alain Zúñiga Hernández, presidente de Ecopil Arte Crea Conciencia, hizo énfasis en que la justa distribución de los recursos económicos es un reto que todas las redes enfrentan.

En el conversatorio, “Y hoy, ¿cómo participamos y movilizamos para el cambio?” se dijo que para lograr que la ciudadanía se involucre y movilice para participar en algún cambio se debe recurrir a formas diferentes de comunicar, contactar y establecer relaciones con las comunidades.

En ese panel, Eliana Murillo, de Eliment and Company; Mónica Tapia, de Ruta Cívica; y Yessica Corral, de Nosotrxs, coincidieron en que las formas “tradicionales” de las organizaciones de la sociedad civil ya no funcionan y que hay que recurrir a distintas estrategias, muchas de ellas basadas en la tecnología, redes sociales, participación de “influencers” y plataformas digitales que facilitan la conexión y la interacción con distintos públicos desde cualquier parte del mundo.

“Experiencias, tecnología y movilización ciudadana para el cambio social” fue un espacio en el que siete organizaciones relataron cómo fue que hicieron desarrollos tecnológicos para atender sus causas.

En la exposición, participaron Alma Rosa de la Cruz Armendáriz, del Centro para el Fortalecimiento de la Sociedad Civil; Mariana Mota Moronatti, de Más Ciudadanía; Edgar Dolores López, de Mercadito Kids; Andrés Castañeda Prado, del Colectivo Cero Desabasto; Azyadeth Adame Ramírez, de Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura del Diálogo; Maximiliam David Murck, de Tec-Check; y Sergio Daniel Zaragoza Castillo, de Fundación Teletón México.

Las iniciativas, elegidas a través de una convocatoria, van desde desarrollos de sitios web para medir el compromiso de un ciudadano en participación cívica, apps para personas con discapacidad, hasta herramientas para que los consumidores puedan denunciar malas prácticas o servicios de empresas y entidades gubernamentales. “Estas herramientas inteligentes tienen como objetivo un mayor impacto y contribuir a que la vida de los beneficiarios sea más simple” aseveró el moderador del panel, Óscar Ortega Pacheco, de CoreGroup Solutions.

Según CIVICUS, el 88% de la población mundial vive en lugares donde el espacio cívico ha sido limitado.

El día de 11 de mayo arrancaron los trabajos del Encuentro Colaborativo Ciudadano, convocado por Cemefi y 17 redes de organizaciones civiles. Con la participación de cientos de personas a distancia, desde diferentes partes de México y Latinoamérica y asistentes presenciales en Casa Cemefi; se habló de la urgencia de construir nuevos mecanismos para defender los derechos ciudadanos a la libre asociación y el derecho a participar en la vida pública.

Durante los mensajes de inauguración, Ricardo Bucio, presidente ejecutivo de Cemefi; Alexandra Zapata, investigadora, activista e integrante del Comité Organizador del Encuentro; coincidieron en la apremiante necesidad de llamar a la acción social desde las organizaciones civiles. “Queremos poder dialogar diferencias y coincidencias. Estamos en un momento nacional y global difícil. Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) están asumiendo retos”, dijo Bucio.

Rogelio Gómez Hermosillo, Coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza, hizo énfasis en que urge dialogar sobre cómo construir, defender y ampliar el espacio común ante las medidas fiscales, legislativas y discursos políticos que cuestionan el trabajo de este sector. “Nuestra estrategia no puede ser confrontar, nuestra mejor respuesta es seguir trabajando juntos”.

Como cierre de la inauguración, Pilar Parás, presidenta del Consejo Directivo de Cemefi, indicó que solo participando podemos hacer la diferencia. “Colaborar es actuar, y hay que actuar para movilizar, solo así podemos construir el espacio común con el que podemos transformar a México”.

Un espacio común fuerte: ¿qué necesitamos?

En el primer diálogo detonante, Alejandro González Arreola, de World Justice Project, mencionó que 8 de cada 10 países retrocedieron en temas de ejercicio de derechos y en contrapesos para el poder, según los Índices de Estado de Derecho que se miden a nivel global. Y hay un constante deterioro del espacio común o cívico en varios países de Latinoamérica, donde México no es una excepción.

Clara Jusidman Rapoport, presidenta fundadora de INCIDE Social, dijo que los espacios de participación y diálogo con el gobierno que la sociedad civil organizada había logrado en los años 90 -a partir de consejos ciudadanos que abrieron una serie de espacios para dialogar sobre política pública-, hoy en día se encuentran cerrados. Dijo también que se está desmantelando la estructura de apoyo a las OSC y sus causas.

Se está reconfigurando la figura de poder y la narrativa pública. Hay una clara división entre la definición de “pueblo” (bueno y pobre) y los que “no son pueblo” (todos los demás grupos que tienen alguna situación de mayor beneficio, académicos, empresarios, periodistas), aseguró. Y a aquellos que no son considerados como “pueblo” se les está excluyendo, lo que ha generado una polarización social.

Marianna Belalba Barreto, líder de Investigación sobre el Espacio Cívico, dijo que el 88% de la población mundial vive en lugares donde el espacio cívico ha sido limitado. Esto según CIVICUS, una alianza global de organizaciones de la sociedad civil y activistas dedicada a fortalecer la acción ciudadana y la sociedad civil en todo el mundo.

Construcción de confianza, comunicación e incidencia

En otros conversatorios desarrollados este día, se coincidió sobre la importancia de comunicar mejor para generar mayor confianza en las OSC y que estas puedan incidir en lo público y generar cambios sociales.

Algunas declaraciones:

 “Debemos asumir, aprender y comprender lo que está diciendo la juventud; porque tienen otra forma de reaccionar y participar. En este sector está un proceso de redefinición de sociedad civil organizada”: Emilio Álvarez Icaza, senador de Grupo Plural, quien además reconoció la enorme capacidad de hacer propuesta y protesta de este grupo poblacional.

Y sobre la relevancia de la comunicación, la periodista Pamela Cerdeira subrayó que las organizaciones deben contar las historias que nacen de la sociedad civil con pasión, “cacarear” lo que se está haciendo bien a través de historias conmovedoras e incluso -retó- a través del humor.

Para que la sociedad civil organizada tenga una mejor comunicación con los medios; las OSC tienen que aprender a comunicar, proveer información interesante y sólida, contar historias de carne y hueso basadas en datos; comentó el periodista Javier Solórzano. Alertó sobre el riesgo de caer en “periodismo militante”.

A nivel global, hay una dialéctica distinta y las normas y formas de comunicar han transformado a las organizaciones civiles, se subrayó en el conversatorio “Construcción de la confianza pública hacia la sociedad civil organizada”, en el que participaron Jacqueline Butcher, del Centro de Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil (CIESC); John Sudarsky, de la Corporación para el Control Social (Contrial); y Mariana Perales, de Hagámoslo Bien por una Cultura de la Legalidad.

Esta comunicación ha transformado la manera en que las OSC se relacionan entre sí y con otros. La movilización de recursos a favor de causas también ha cambiado gracias a la comunicación debido a la manera de interpelar a otros, por lo que hay que comunicar de forma creativa.