Monterrey, México, Agencia de Noticias 3er Sector.- Las inversiones responsables han cobrado impulso como un enfoque fundamental, desafiando los paradigmas tradicionales del crecimiento económico.
LLYC, la consultora global de Comunicación, Marketing y Corporate Affairs, presenta el análisis "Hacia la transformación del modelo ESG en México". Este estudio resalta la importancia de los modelos ESG (Environmental, Social and Governance, por sus siglas en inglés) como el principal punto de referencia para evaluar el desempeño empresarial en términos de sostenibilidad y responsabilidad corporativa.
En un entorno empresarial cada vez más complejo debido a los retos del contexto actual, resulta crucial que las empresas mexicanas se adapten rápidamente y se comprometan a adoptar dichos modelos. Esta adaptación y compromiso no solo asegurará su relevancia en el mercado actual, sino que también fortalecerá su competitividad e influencia en un entorno donde la conciencia sobre la importancia de crear valor compartido y sostenido en colaboración con todos los stakeholders, es crucial.
Desde 1999, cuando el Dow Jones lanza el Sustainability Index, que fue el primer índice mundial que estableció criterios de sostenibilidad, marcó un antes y un después para la inversión sostenible. Posteriormente, la ONU presentó sus principios para la Inversión Responsable (UNPRI) con lo que abre la puerta a los criterios ESG como un pilar central en las estrategias corporativas a nivel mundial.
A medida que estos enfoques evolucionan, su adopción se ha convertido en un criterio esencial para evaluar el desempeño empresarial y guiar las decisiones de inversión. Sin embargo, persisten desafíos en términos de transparencia y sostenibilidad, factores que continúan siendo prioritarios para las empresas:
Hasta finales de 2023, los bonos ESG cayeron un 22%, la mayor caída anual desde 2019. Esto se atribuye a empresas que adoptaron el concepto de ESG en sus prácticas, resultando en "greenwashing" o "purpose washing". Esta tendencia, una alerta para gobiernos, plantea desafíos para empresas, especialmente en México, donde la lucha contra el "greenwashing" es crucial para cumplir compromisos internacionales y promover políticas alineadas con la sostenibilidad.
Integrar una estrategia ESG en todos los aspectos de la organización aumenta las posibilidades de éxitos, especialmente en iniciativas destinadas a generar valor y un impacto positivo a largo plazo. No obstante, la sobreutilización del término ha provocado una percepción negativa entre algunos inversionistas y ciudadanos, así como de legisladores que vigilan de cerca las acciones empresariales.
Resulta imprescindible fomentar una cultura cívica que demande la rendición de cuentas en relación con los compromisos locales sobre el medio ambiente y las comunidades. Para lograrlo, es necesario implementar políticas públicas respaldadas por mecanismos de transparencia y certificación de calidad, similares a las recientes normativas aprobadas por el Parlamento Europeo.
"Al definir e implementar una sólida estrategia de ESG, las organizaciones se vuelven más conscientes del impacto que generan sus operaciones, fortalecen su reputación, atraen a inversionistas y consumidores comprometidos con la sostenibilidad, y mitigan riesgos financieros y reputacionales. Este enfoque cobra aún más relevancia en un momento en el que los países y sus gobiernos intensifican su vigilancia sobre prácticas inapropiadas, estableciendo un entorno regulatorio más riguroso y atento para promover la integridad y la transparencia en todas las actividades empresariales", afirma Carolina Zarco, Líder de Corporate Affairs para Latam Norte de LLYC.
A pesar de los desafíos, la implementación efectiva de los principios de ESG es tanto una responsabilidad moral como una estrategia inteligente para impulsar la rentabilidad a largo plazo y el éxito financiero de las organizaciones. Una adecuada estrategia de ESG, ayuda a que las empresas se vuelvan más resilientes, a que los directivos y ejecutivos tomen decisiones más conscientes y acertadas dentro de la organización, así como que los inversionistas y grupos de interés reconozcan y valoren las acciones de las empresas contribuyendo a que se convierta en un negocio sostenible en el tiempo.