Monterrey,México.- (Noticias UDEM) - El Club de Rotario de Monterrey premió con el Reconocimiento a la Responsabilidad Social “Dr. Carlos Canseco González”, la labor de líderes nuevoleoneses en los rubros de Empresas y Gobierno, Salud y Deportes, y Educación y Cultura, en el que se destacó la labor de Antonio J. Dieck Assad, rector de la Universidad de Monterrey.
La institución filantrópica otorgó el galardón al directivo universitario en la categoría de “Educación/Cultura”, esta mañana, en el Hotel Quinta Real, en donde también se entregaron los reconocimientos en los rubros “Empresas/Gobierno” y “Salud/Deportes”.
Estos últimos fueron otorgados al empresario Federico Toussaint Elosúa, y al atleta y entrenador Francisco Serrano Plowell, respectivamente.
El presidente de la organización, Herman Villareal Noroña, explicó que el premio en homenaje al doctor Canseco se le otorga a las personas que han podido continuar su legado y transformarlo en sus propios ramos.
“Lo caracterizó el compromiso incansable con la sociedad y con una visión global que ha hecho posible estar a punto de radicar la polio en el mundo a través del programa PolioPlus”, recordó.
“La diferencia entre lo que somos y lo que somos capaces de hacer bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo; Ghandi nos deja esta reflexión que nos invita a tomar acción; sigamos luchando desde nuestras trincheras para dejar un mundo mejor a nuestro paso”, reflexionó.
De acuerdo con Salvador Rizzo Tavares, coordinador de Rotary International Zona 21A 2015-2018, el objetivo de enaltecer y ejemplificar el más alto nivel de ética de Rotary fue lo que animó a la organización a establecer un premio en el que se celebre a personas de cualquier ámbito, que representen esta visión del trabajo en beneficio a la sociedad.
“Este reconocimiento a la responsabilidad social transfiere el legado del doctor Canseco a los galardonados, quienes se han caracterizado por desarrollar actividades en beneficio de la comunidad que van más allá de lo que corresponde a su cargo”, apuntó el rotario.
“La única forma en la que se puede lograr la movilización social es a través de estos conceptos de liderazgo social e innovación social; pensando en cómo podemos transformar la forma en que pensamos, la forma en que hacemos y la forma en que vivimos”, recalcó en el estrado Mauricio Canseco Cavazos, nieto del doctor Carlos Canseco González.
Servir, es un objetivo en común de la responsabilidad social: Antonio J. Dieck Assad
Señaló que un importante principio que impulsa la responsabilidad social es la complicidad, algo que caracteriza al rector Dieck Assad.
“Antonio, antes se pensaba que los rectores tenían una función meramente académica y vivían en curules inalcanzables en las universidades. Creo que tú has demostrado, y yo soy testigo de ello por ser parte de la comunidad de la UDEM, que el rector es una persona cercana a la gente, que el rector es una persona cercana a su comunidad y que lejos de regir, debe convocar a la comunidad a construir conocimiento, pero también debe tener una fibra humana”, aseveró el también autor del libro “¿Sobrevivir o supervivir?”.
“El doctor Canseco no salió al mundo con capa y espada, salió al mundo con un ejército de cómplices y la complicidad implica tener la habilidad de convencer a otros de que tu misión es la suya, y creo que en la UDEM, al menos en la gente que yo conozco, han hecho de la UDEM una visión propia y es algo que distingue el liderazgo que has ejercido dentro de la Universidad”, continuó.
Luego de recibir el premio de manos de Carlos Taboada, presidente del Club Rotario Contry Guadalupe; y Manuel Villareal, presidente del Club Rotario Sierra Madre; el rector Dieck Assad relató que una de las mayores inspiraciones para emprender su labor fue su propio padre, quien fue miembro del Club Rotarios.
“Recibo esta presea en nombre de la Universidad de Monterrey a la que tengo el orgullo de pertenecer y representar como rector ya por casi nueve años. Yo les digo a los muchachos: ‘del lugar donde se cruzan su educación, su formación, su pasión y sus valores… ¡nace su vocación!’”, exclamó.
“Y esto se vuelve tangible, porque para quienes tenemos la fortuna de dedicarnos a lo que nos gusta, el trabajo se convierte en un océano de oportunidades; así, podemos enseñar, aprender y, principalmente, servir, que es un objetivo en común de los que hoy estamos aquí”, aseguró.
“Todas nuestras acciones, por pequeñas que puedan parecer, contribuyen a la mejoría de nuestro entorno, lo que, además de privilegio, es una responsabilidad de la cual tenemos que hacer conciencia”, puntualizó.