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Jue, Abr
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Un futuro esperanzador para las familias de Quiché, Alta Verapaz y Huehuetenango

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Gracias a esta iniciativa, más de 2,000 madres voluntarias son capacitadas en prevención de desnutrición crónica

Guatemala.- En busca de favorecer el desarrollo infantil temprano y empoderar el rol que tienen las madres de familia en la sociedad, Coca-Cola FEMSA y Fundación FEMSA, en alianza con Food for the Hungry Guatemala, han impulsado el proyecto Mujeres Empoderadas por el Desarrollo en 124 comunidades de Guatemala en los departamentos de Quiché, Huehuetenango y Alta Verapaz.

 

El proyecto enfoca su ejecución a través de Grupos Cascada, una estrategia para lograr un mayor alcance en la promoción de cambios de comportamiento, la cual ha permitido la capacitación de más de 18,900 madres de familia con hijos menores de 5 años con la intención de mejorar el desarrollo de sus hijos incluso desde antes de nacer. Una de las prácticas clave del proyecto es el eje Promoción de Monitoreo y Crecimiento, que consiste en llevar un control del peso y talla de los niños de las aldeas.

"Nuestra visión es que los niños alcancen su máximo potencial de desarrollo y transformen las comunidades donde operamos. Para lograrlo necesitamos construir habilidades en los adultos que los rodean, en este caso las madres de familia, quienes juegan un papel clave para desarrollar comportamientos que impactarán en el futuro de los niños", señala Eva Fernández, Gerente de Inversión Social en Primera Infancia de Fundación FEMSA.

Con las prácticas que aprenden en los Grupos Cascada, las madres de familia se involucran activamente en el desarrollo de sus comunidades y se convierten en actores de cambio al ejercer roles en los Consejos Comunitarios de Desarrollo de sus regiones, convirtiéndose así en mujeres empoderadas y líderes de su comunidad.

María Griselda Matom Raymundo es una madre voluntaria de Grupos Cascada desde hace 3 años. Ella ha sido testigo de la transformación en su comunidad Río Azul en Quiché, en otras familias y en su propia vida. La desnutrición se ha reducido significativamente y los conocimientos que ella ha adquirido gracias a las capacitaciones de FH le ha permitido acompañar y enseñar a otras mujeres, y aplicar las nuevas prácticas con sus hijos.

Antes ella se sentía nerviosa y sin confianza de enseñar a otros, pero después de algún tiempo recibiendo las capacitaciones ella ha desarrollado confianza en sí misma, lo que le permite enseñar con gracia a otras madres y poderlas acompañar en sus procesos de desarrollo. "Ahora ya no me siento nerviosa, sino que hablo con confianza a otras madres"- explica María.

Su esposo y el liderazgo comunitario en Río Azul reconocen el valor del trabajo de las mujeres y la importancia que tienen en el desarrollo y bienestar de la comunidad.

"En Coca-Cola FEMSA, nos hemos caracterizado por nuestra capacidad en generar valor económico, ambiental y social. Este proyecto nos llena de satisfacción porque nos permite contribuir al desarrollo social y nutricional de futuras generaciones en Guatemala", comenta Gabriela Arias, en representación de Coca-Cola FEMSA Guatemala.

Por su parte, en los Grupos de Autogestión y Ahorro desarrollan capacidades en las mujeres para responder a las necesidades de sus familias mediante la generación de iniciativas económicas locales y administración de recursos. Además, participan en capacitaciones y apoyos para formar huertos familiares en los que producen vegetales de temporada para mejorar la ingesta de nutrientes en su hogar.

"El apoyo de Coca-Cola FEMSA Guatemala y Fundación FEMSA ha sido muy importante para lograr beneficiar a más de 18,000 familias e impactar la vida de 5,440 niños de 0 a 5 años de edad en comunidades rurales de Guatemala. En Fundación contra el Hambre creemos en la importancia que tiene la inversión en la primera infancia y del potencial de las mujeres en nuestras comunidades", comenta Angélica Villatoro, Directora Nacional de Fundación contra el Hambre Guatemala.

Coca-Cola FEMSA Guatemala está enfocada en generar valor económico, ambiental y social en las comunidades, contribuyendo al desarrollo del país y, sobre todo, impactando de forma positiva a los niños y mujeres de las áreas rurales de Guatemala.